El Clan a la holandesa
La nueva película protagonizada por Anthony Hopkins relata la historia detrás del rescate más costoso jamás pagado por una persona.
Justo cuando la película El Clan, basada en los secuestros que hicieron famosa a la familia Puccio, bate récords de taquilla, llega a las pantallas locales El Gran Secuestro de Mr. Heineken (Kidnapping Mr. Heineken), basada en la también real historia del rescate más caro jamás pagado por una persona en el mundo.
El filme tiene lugar en Amsterdam, en 1983, cuando un grupo de cinco amigos busca la manera más fácil de hacer dinero y, tras robar un banco, opta por encarar el secuestro del magnate Freddy Heineken, propietario de la compañía cervecera que lleva su nombre.
Willem Holleeder, Cor van Hout, Jan Boellard, Martin Erkamps y Frans Meijer orquestan un plan para capturar al millonario y a su chofer, y lo concretan pidiendo por él la impresionante cifra de 50 millones de dólares.
"Hay dos maneras de ser rico: una es tener dinero y la otra es tener amigos. Pero ambas cosas no se pueden mezclar", le dice Heineken a uno de sus secuestradores durante su "estadía" en la guarida donde lo tuvieron oculto por varios días; y tiene razón ya que el cobro del dinero comienza a hacer estragos entre los amigos que dudan de que el plan se vaya a concretar satisfactoriamente.
Si bien Anthony Hopkins es la figura convocante del filme (y por ende su espacio en el póster es notoriamente más destacado que el de los demás actores), sus apariciones se limitan a lo estrictamente necesario aunque, carisma de por medio, su presencia se nota en cada una de ellas.
San Worthington y Jim Sturgess regresan a la gran pantalla en los papeles de dos de estos secuestradores que llevan a cabo sus acciones sin experiencia previa y luego pagan los costos con creces.
El guión, basado en el libro escrito por Peter DeVries es claro y preciso pero la cámara que dirige Daniel Alfredson, responsable de los últimas entregas de la (hasta ahora) trilogía Millenium, no llega a abarcar todo lo que quiere decir (a pesar de las muy buenas secuencias de acción, incluida una persecución acuática) y en algunas ocasiones, el espectador se puede sentir algo incómodo, no por las imágenes sino por la sucesión de hechos que poco tienen que aportar al filme que se extiende por 147 innecesarios minutos.
De todas maneras, la historia es lo suficientemente atractiva como para convertirse en interesante mientras que el nombre de Hopkins le deparará no pocos espectadores en su semana de estreno.