John Michael McDonagh debuta con este policial marcado por un humor oscurísimo que sigue al siempre afinado Brendan Gleeson como un policía turbio de un pueblito costero irlandés. Don Cheadle es un enviado del FBI que llega para ayudar en un caso de narcotráfico pero enseguida se vuelve el dispar compañero de Gleeson. Sin muchas más armas que la incorrección política, la búsqueda de redención, una buena intuición estética y la sólida base narrativa del policial, McDonagh ya promete tanto como su hermano Martin, que hace unos años deslumbró al debutar con Escondidos en Brujas.