Los niños huérfanos siempre fueron personajes muy ricos para las historias (ricos en ese sentido, casi nunca desde el punto de vista monetario). Si no, fíjense en la obra del escritor Charles Dickens. El cine dio otra importante cantidad de chicos que, de una manera u otra, deben arreglárselas para sobrevivir en una realidad que muchas veces les da la espalda. El Gurí sigue esa tradición, aunque abandonando la épica dickensiana a favor de un relato intimista.
La vida no es amable con Gonzalo (Maximiliano García). Abandonado por su madre y con apenas 10 años, transita las calles del pueblito de Victoria, Entre Ríos. Trata de seguir jugando como el niño que es, pero al mismo tiempo debe cargar con responsabilidades de adulto, que incluyen cuidar a su hermanita bebé y a su abuela. Sus vecinos lo conocen, lo quieren y tratan de ayudarlo. En ese contexto aparece Lorena (Sofía Gala Castiglione), una joven que queda varada en el poblado. Pronto surgirá una relación entre Gonzalo y Sofía, y a través de ella, conoceremos más sobre el pequeño y aquel microcosmos que lo rodea.
La cuarta película de Sergio Mazza también es la más autobiográfica, ya que el autor afirma haberse inspirado en dolorosos episodios de su vida familiar, durante su niñez. Es cierto que, como en los dramas que más le hacen honor a ese género cinematográfico, hay pérdida, hay abandono, hay soledad y tristeza. Sin embargo, aún con todos esos elementos servidos en bandeja, evita caer en golpes bajos. Mazza se limita a contar la historia, sin evitar los hechos difíciles, pero sin abusar de ellos. Si bien el relato comienza desde el punto de vista del joven protagonista, la atención se desvía a los personajes secundarios, quienes también cargan con tormentos personales. Allí se produce una desprolijidad en el guión, ya que no termina de explotar ninguna de esas subtramas.
La clave para que la película funcione reside en el elenco. Maximiliano García es toda una revelación. Tal vez por su condición de no actor (la película es su debut en la pantalla) y por el trabajo de dirección, consigue un trabajo naturalista, honesto. Un joven secundado por grandes y experimentados actores: Daniel Aráoz como el veterinario; Federico Luppi, interpretando al dueño de la despensa; Castiglione, quien confirma su talento y versatilidad como actriz; Susana Hornos, como la mujer del veterinario y víctima de sus propios fantasmas. Al igual que Gonzalo, El Gurí es pequeña, parece frágil, pero le sobra corazón y se hace querer.