No se deje enhebrar
Tras la gran polémica generada por el “motorhome gate” y el romance surgido entre sus protagonistas durante el rodaje, llega este film romántico que no enamora en lo más mínimo
Tras seis meses de escandalosas revelaciones ("había olor a sexo") y rumores ("En Chile dicen que Vicuña y la China son pareja"), llega a los cines argentinos "El Hilo Rojo", la película protagonizada por la ahora formal pareja compuesta por Benjamín Vicuña y Eugenia "China" Suárez, y que supuso el final del matrimonio de 10 años entre el primero y la modelo Carolina "Pampita" Ardohaín.
Y lo cierto es que, tal como se suponía una vez vistos los tráilers y la publicidad que se le dio al escándalo denominado "motorhome gate", la película basa su atractivo sólo en el "morbo" de ver cómo los protagonistas se fueron enamorando a lo largo de la filmación.
Lo cierto es que, con todos estos elementos a mano, se torna por demás difícil encarar una crítica de la manera más subjetiva posible porque si de algo se puede estar seguro al ver el filme es que su realizadora, Daniela Goggi (la misma que dirigió a la China en "Abzurdah"), estuvo muy consciente de lo que pasaba entre los actores desde el minuto uno y quiso reflejarlo en la gran pantalla, fotograma a fotograma.
Sin embargo, este experimento que ha salido muy bien en varias ocasiones –Steve McQueen y Ali MacGraw en "The Getaway" por citar un ejemplo- acá queda en una suerte de "documental del romance" en el que la responsable de canalizar el presupuesto usa el dinero para retratar a los protagonistas (con especial énfasis en el rostro y el busto de la China, eso sí) mientras éstos recitan (no hay manera de llamar interpretaciones a la infinidad de caritas y gestitos de adolescentes coqueteando) unos diálogos escritos por la propia Goggi y otros guionistas que parecen haber aprendido mirando culebrones de bajas aspiraciones.
Esta falta de ideas, tanto en lo estético como en lo literario -sumado al hecho de que hay una escena plagiada del filme francés Ils se marièrent et eurent beaucoup d'enfants (Happily Ever After) protagonizada por Johnny Depp-, no se queda ahí sino que el film busca instalar una suerte de "moraleja" con el leivmotiv de la película según el cual "una leyenda china cuenta que un hilo rojo invisible conecta a aquellos que están destinados a encontrarse, sin importar tiempo, lugar o circunstancias. El hilo se puede estirar o contraer, pero nunca romper".
Esta premisa sirve para contar la historia de Manuel y Abril, quienes luego de conocerse en un avión (él pasajero, ella azafata), quedan flechados instantáneamente, y sienten que son el uno para el otro. Pero el destino hace que se separen en el aeropuerto y no vuelvan a encontrarse hasta siete años después en un hotel de Colombia.
El tiempo ha pasado y ambos están felizmente casados con Laura (Guillermina Valdés) y con Bruno (Hugo Silva) y han formado sus familias con hijos incluidos. Esto parece no significar nada para los protagonistas que vivirán un fogoso romance (con dos o tres escena de sexo incluidas como para generar interés) y pondrán en riesgo todo lo que han construido y blah, blah...
Además de Vicuña y Suárez, el elenco está integrado por la modelo Guillermina Valdez, que hace algunos años también protagonizó un escándalo algo polémico cuando pasó de los brazos de su esposo Sebastián Ortega a los del ex jefe de éste, Marcelo Tinelli, con quien incluso tuvo un hijo.
Lo cierto es que "El Hilo Rojo", que tiene equipo para ganar la Libertadores, no ha puede pasar ni siquiera la fase de eliminatorias debido principalmente a que es una película sumamente aburrida y cursi, llena de situaciones forzadas y lugares comunes, y que no encuentra el rumbo en toda su extensión, al punto de que en algunos momentos, el espectador sentirá que se encuentra frente a un comercial turístico de Colombia.
Maneras de relatar una relación extramatrimonial o con una femme fatale (como el personaje de Abril) hay miles pero Goggi parece no haber encontrado ninguna válida y se decidió por un dramón que por momentos deja de ser tal y se sumerge en la comedia de enredos involuntariamente.
Para los que van a verla por la "China" Suárez , sí hay "escenas de sexo justificadas" con muchos cm2 de piel al descubierto –que seguramente alguien subirá a Internet en las próximas horas- pero ni siquiera eso logra levantar la puntería ni mucho menos en el duro arte de generar interés.
Como corolario, Goggi repite la dura experiencia de hacer que Suárez entone un cover de un artista consagrado; y si en "Abzurdah" le tocó a Cerati, esta ocasión el ultraje le cae en suerte a Amy Winehouse con su versión de "You Know I´m not Good". ¿Eran muy caros los derechos?
De todas maneras, es muy probable que mucha gente haga caso omiso a esta crítica y desembolse entre 100 y 150 pesos (más pochoclo y gaseosa porque lo único que genera este producto es ansiedad y angustia oral) y la película se convierta en una de las más taquilleras del año (acá calculamos unos 300 mil espectadores) pero no será por el valor artístico de este film sino por el morbo que genera toda esta lamentable situación que llegó a los medios de comunicación hace seis meses y ahora tiene una "película oficial".
Desde este humilde lugar, tenemos la obligación de contarle con lo que se va a encontrar. No diga que no le advertimos.