Construida con cuidadosa incomodidad “Enemy” opera desde una motivación elusiva: sostener una desorientación narrativa que como artimaña recrea “Fight Club”, “Mullholland Drive” y “Dead Ringers” de Cronenberg. La simbología de la araña parece ser más un diseño visual para incorporar más extrañeza al film que un comentario de sustancia sobre la historia y termina siendo apenas una decisión estética como el filtro ocre que cubre el film. El tercer acto no cumple las expectativas creadas por el encuentro del protagonista con su doppelganger. Hollywood parece no poder adaptar las obras de Saramago (ver: “Blindness” 2008).