Ant-Man (como antes Guardians of the Galaxy) es la prueba que Marvel puede venderte lo que sea, no importa cuan ridícula sea su premisa. Enfrentémoslo, algunas historias que funcionan muy bien en las páginas de un cómic, llevadas a la pantalla podrían resultar imposibles de sostener, inclusive suspendiendo la incredulidad.
Ant-Man funciona en todos los niveles: como comedia (se notan los toques de Edgar Wright en el guión) como película de robos, y como continuidad del universo creado para la pantalla grande (se introduce a The Wasp, se menciona a Spider-Man y Ant-Man pelea contra un Avenger) y los protagonistas se destacan con actuaciones naturales y juguetonas, especialmente Peña y Rudd.
Sin dejar sus raíces comiqueras Marvel continua el recorrido por su panteón de héroes sumando personajes con sustento propio a su universo cinematográfico. Lo que los fans del cómic sospecharon siempre era verdad: puesto en las manos correctas el material de origen puede producir grandes películas con perfil global.