Nuestra función para prensa de la película El Hombre Invisible fue en realidad en la Avant premiere que se realizó en la sala Imax tan solo un día antes del estreno. Digo esto solo para mencionar que esta crítica se está haciendo con el film recién digerido, algo que sirve para poder expresar las sensaciones que llegó a provocar un rato después de haber salido de la sala. Si bien es una realidad que la trama suena bastante loca como que un hombre encuentre la forma de volverse invisible para acosarte y torturarte de formas poco imaginable, pero la cosa resulta bastante bien. Esto se debe primero a una actuación entregada de Elisabeth Moss, y un manejo de la tensión tan bien logrado que sobrepasa lo inverosímil.
Una de las grandes virtudes que tiene el film, es como logra mantener el suspenso y la acción de una forma equilibrada, que el espectador queda enganchado aunque cueste creer algunas cosas que sucede. Es así como la historia comienza con el personaje de Moss intentando huir de su hogar, escapando de una aparente relación violenta de la que parecía no tener salida. Si bien al principio parece que se trata de las secuelas de una relación con violencia de género, las cosas luego se empiezan a ver un poco más raras. La excusa es que este hombre controlador y violento era un famoso emprendedor e investigador del rubro de la óptica, y es así como logra crear un traje que lo hace invisible a los ojos. Si, la cosa suena más como para un film de clase B, y el querer mostrarlo como una propuesta más seria o realista, a veces termina estropeando la calidad de un film. Y quizá esto sucede en cierta medida, vemos que las cosas no son del todo verosímiles, que hay algunas lagunas en el desarrollo de la trama, pero que si nos centramos en el drama de la protagonista, la experiencia es sumamente atrapante y entretenida. Por suerte el film sabe manejar muy bien los ritmos en el que se presenta el suspenso, la acción y la evolución de los personajes, aunque hacía el final la resolución se vaya diluyendo en relación a la trama construida.
Cómo quería tratar de aclarar en el primer párrafo, no es una historia perfecta pero aún así funciona y se disfruta. Uno de los principales motivos de este disfrute viene desde lo actoral, y es Elisabeth Moss la gran protagonista, ya que es el foco de atención desde el lado del sufrimiento que vive y del lado del acoso que tenemos de este hombre invisible. Puede que también los motivos por el cual el personaje huye se quede sin algunas respuestas, ya que sabemos un poco sobre la violencia doméstica tiene que ver, y que claramente es un motivo para escapar, pero en el inicio nos da a entender que los motivos eran mucho más que ello y lamentablemente no se termina de responder. En cuanto a los personajes secundarios, logran lucirse algunas actuaciones como las de Storm Reid, Aldis Hodge, al menos con aportes repentinos que completan al personaje principal. Quizá quien no queda muy bien parado es Oliver Jackson Cohen, ya que su personaje sabe a poco teniendo en cuenta el protagonismo que tiene desde las sombras o la invisibilidad…
La dirección de Leigh Whannell sabe manejar con precisión los ritmos que la historia requiere, esto se lleva a cabo a través de planos bien implementados en la persecución del la víctima desde la cámara, evitando el abuso de sustos como en las películas de terror. Los efectos del hombre invisible se sienten muy bien desde su diseño (obviamente cuando lo puedes ver) y a través del sonido, que nos envuelve en su escenario.
El hombre invisible es una película muy bien lograda desde la experiencia que brinda al espectador, que es dar una película que cautiva desde el suspenso y el drama psicológico de su protagonista. Todo no es color de rosa, más bien algunas cosas se ven invisibles, como la respuesta a la acción de los personajes y que la historia sobrepasa lo hilarante en un momento. Aún así, debido a la gran actuación de Elisabeth Moss y toda la tensión que nos genera, es una película que es sumamente atrapante si te olvidas un poco de lo verosímil.
Calificación 7.5/10