Por quién doblan las campanas
Este film italiano ganador del David de Donatello en Italia, superando entre otras a "Vincere" (2009), es un fiel reflejo del cine como memoria. Posiblemente la mayor parte de los espectadores del mundo, fuera de Italia, sepan de la masacre de Marzzabotto, ocurrida durante la segunda guerra mundial, entre fines de septiembre y principios de octubre de 1944.
Tampoco serán muchos los que recuerden que recién en el año 2007 se llevo a juicio en Italia a los presuntos nazis participes de la matanza. Cabe recordar que el hijo de uno de los pocos sobrevivientes al hecho, quien estuvo presente durante el juicio, ahora recorre el mundo con una obra de teatro unipersonal, cuyo titulo es precisamente "Marzabotto", la que ocupó la cartelera porteña, en el Teatro Nacional Cervantes, en octubre del 2009. La obra de teatro tiene una clara subdivisión, por un lado, un niño recuerda los hechos, por otro, ese niño ya adulto es el testigo principal de la fiscalía.
Esta introducción es necesaria, ya que el filme del realizador Giorgio Diritti está contado desde le punto de vista de Martina (Gretta Sucheri Montanari), una niña de tan solo 8 años, que conlleva una mudez histérica tras la muerte de su pequeño hermanito al nacer.
La primera mitad del filme es una simple, grata y calida descripción de la vida en la campiña italiana, como fuera de la locura del mundo en ese momento, Los ojos de Martina nos va describiendo la rutina diaria de los adultos, la vida de las mujeres, el despertar amoroso de sus primas mayores.
Esta paz se ve interrumpida con la llegada del ejército alemán de ocupación. Los rostros de sus mayores se transforman, el miedo se hace presente, al igual que aquellos que pertenecían a los partizanos y le hacían frente al ejército invasor. Estos ayudados por sus coterráneos.
Luego, descubierto por los nazis el apoyo del pueblo para con los de la resistencia, la represalia no se hizo esperar. Dio lugar a un asesinato en masa, donde murieron 770 civiles entre niños, viejos, mujeres, jóvenes y clérigos, quienes no tuvieron ni tiempo de avisar a los poblados cercanos haciendo doblar las campanas.
Lo interesante como lectura es que parte desde el titulo, "El hombre que vendrá", presentando en lo narrativo un punto de inflexión: Martina presencia el nuevo parto de su madre en el cual da a luz a otro varón, y ella será quien tendrá que hacerse cargo del cuidado de quien termine siendo uno de los pocos sobrevivientes.
Pero también se puede leer desde lo actual, ya que aparte de los logros técnicos cuenta con una maravillosa reconstrucción de época, un gran diseño de producción, muy buena dirección de arte, destacada fotografía y las excelentes actuaciones de un elenco sin fisuras. La realización hace hincapié en los valores morales y éticos en un momento en que parecían palabras en desuso. Algo similar esta ocurriendo en el mundo entero, donde es más importante la imagen que el discurso, la fama que vende antes que el trabajo y lo correcto.