El Doctor Parnassus es el mismo Terry Gilliam y no hay mucho más para agregar. Sus apuestas con el diablo, esas que le han garantizado la inmortalidad, son la metáfora perfecta de su conflictiva relación con los estudios de Hollywood. La muerte de Heath Ledger es apenas otra triste anécdota dentro de una carrera plagada de las más bizarras eventualidades, chequear sino Lost in La Mancha (2002). Tan exuberante y enajenada como cabía esperar, la película es una extraordinaria montaña rusa visual que celebra en términos conceptuales todos los desbordes posibles de la imaginación humana. A pesar de un elenco repleto de apellidos ilustres, el que se roba el show es el genial Tom Waits componiendo a un Mefistófeles de antología...