Del amor y otros demonios
En su debut como director en solitario, Juan Schnitman brinda una historia con tintes policiales sobre una pareja de treintañeros que se dispone a comprar su primer departamento. Todo comienza un día cuando se dirigen al banco a retirar los cien mil dólares necesarios para la transacción, luego deben reunirse con el agente inmobiliario y el vendedor para firmar los papeles correspondientes, pero un imprevisto ajeno a ellos, hace que la cita se cancele.
A partir de eso, Marcelo (Juan Barberini) y Lucía (Pilar Gamboa) comienzan las peores 24 horas de su vida, ya que empiezan a cuestionar la compra y a tener más dudas que certezas sobre su relación y el paso que están por dar. Discusiones actuales y pasadas salen a relucir y a cargar de violencia cualquier situación cotidiana que surge en el pequeño departamento que alquilan , y rápidamente éste se convierte en un hábitat ultra intolerante y opresivo para ambos.
En El incendio es notoria la influencia de los hermanos Dardenne, particularmente de Rosetta ya que ambas películas comparten el propósito de transmitir sensaciones físicas, y de incluso lograr que el espectador llegue a sentir las mismas emociones que los protagonistas. En el film de Schnitman tal objetivo se logra con éxito ya que la cámara sigue de cerca y “estar encima” de Gamboa y Barberini a lo largo de todo el largometraje. Así sentimos casi en carne propia la ira, el enojo, el odio y la angustia que se muestra en escena, a la vez que la intensidad de la trama va creciendo y anticipando la progresiva ruptura amorosa.
Aplausos al guión de Agustina Liendo, que maneja con un virtuosismo impecable los tiempos de crisis por los que atraviesan ambos personajes, en especial el de Gamboa. El film es excelente de principio a fin, sobre todo por la laboral de la dupla protagónica y la excelente dirección actoral que Schnitman realiza, además de la elección de combinar una relación de pareja –con problemas comunes y habituales que nos identifican a todos- con elementos policiales –más allá de que la trama nada tiene que ver con esto- y de provocar en el espectador algo similar a lo que lograría un thriller o un film de terror.