El guión sólo pudo ser escrito por una mujer, y eso se nota, con diálogos profundos, intensos, crudos y sin filtro. Ambos actores, Pilar Gamboa y Juan Barberini, salidos de las tablas del teatro, dan vida real y contundente a estos personajes que desde el minuto uno manifiestan, no solo con las expresiones del rostro y la profunda mirada de los ojos, sino con el todo, desborde, depresión, agresión e insatisfacción. No todo es color de rosas ni verde como los dólares.