Coproducida entre los países de Eslovaquia, República Checa y Austria, "El intérprete" es un drama con algunos tintes de comedia, una road movie entre dos personajes que a través de un viaje van buceando entre sus historias personales y la de su familia y país. Un traductor judío llega a la casa de quien podría haber sido el oficial de la SS que asesinó a su padre.
Fue un libro lo que lo llevó hasta allá y si bien en principio recibe rechazo del hijo del oficial, luego se verán ambos inmersos en un viaje en busca de respuestas. Las personalidades no podrían ser más diferentes.
Uno es responsable y serio; el otro aprovecha para pasarla bien, conquistar mujeres y beber. Eso los llevará a tener unos cuantos desencuentros, idas y vueltas.
¿Es más fácil para el hijo de un asesino que para el hijo de la víctima?, misma pregunta que se hace la reciente novela de Joyce Carol Oates, "Un libro de mártires americanos" que si bien narra una historia diferente -el asesinato de un médico abortista que lleva al asesino a la cárcel y lo conduce a la pena de muerte- en cierto momento conecta a dos personajes, dos hijas, la del asesino y la del asesinado.
Ungar y Graubner (interpretado por el actor protagonista de Toni Erdmann, Peter Simonischek) a la larga son dos hijos también. Hay una melodía de violonchelos que se repite constantemente en la banda sonora de la película y se siente invasiva, que subraya lo melancólico. Hay otros momentos musicales diferentes y se perciben algo extraños o descolocados, como que irrumpen un tono.
Tono, justamente el film apela a un tono muy particular. Estamos ante una historia que podría haber sido un fuerte drama y sin embargo aparecen muchos momentos que descontracturan.
En realidad la primera parte, más allá de su inicio incómodo, apela a un tono más relajado y es en la segunda parte que se torna más áspero. Más allá de la temática y la historia, "El intérprete" se desarrolla fuera de los circuitos de los lugares comunes y golpes bajos.
La trama no deja de ser dura, pero porque la historia de esos personajes –en el camino irán conociendo diferentes historias a través de testimonios de varios sobrevivientes- lo es.
Prolija, con varios buenos momentos, "El intérprete" es un sólido e interesante drama que intenta correrse de historias que fueron contadas muchas veces porque sin duda parece haber una necesidad innata de seguir repasando y reescribiendo quizás las historias que definen de dónde venimos.
Aunque el resultado a veces es desparejo, sorprende con un final inesperado. Como dato de color, es la película que Eslovaquia envió a los próximos Oscars 2019.