Anexo de crítica: Por fin tenemos un drama tan sincero como despojado que le escapa a todo facilismo, “homenaje” y/ o afectación oportunista del cine arty contemporáneo: El Laberinto (Rabbit Hole, 2010) es un pequeño prodigio sustentado en las maravillosas actuaciones del dúo protagónico, el impecable guión de David Lindsay-Abaire y la excelente dirección de John Cameron Mitchell, ese “niño terrible” que nunca deja de sorprender...