El guionista, director y productor Tony Gilroy ("Duplicidad", "Michael Clayton"), quien ha sido el responsable de toda la narración de la saga "Bourne" (compuesta por "Identidad Desconocida", "La Supremacía de Bourne" y "Bourne: El Ultimátum"), asumió también la dirección en este nuevo capítulo -el cuarto- de la exitosa serie basada en las novelas del fallecido escritor Robert Ludlum y que narran la historia de un asesino que padece amnesia y que es perseguido por los mismos que lo entrenaron como tal mientras lucha por descubrir su verdadera identidad.
En "El Legado de Bourne", cuyo protagonista central está encarnado por el actor Jeremy Renner, el realizador amplía el universo creado por el propio novelista con una historia totalmente original que, si bien toma el título de una novela póstuma publicada en 2004 (y escrita por Eric Van Lustbader), no se basa en el argumento de la misma, ya que desarrolla una historia paralela a partir de los sucesos desencadenados en los capítulos anteriores y que estuvieron protagonizados por Matt Damon, quien se negó a regresar a la franquicia porque esta nueva entrega no iba a ser dirigida por su amigo Paul Greengrass y porque el guión que recibió no le gustó.
Claro que Damon sólo aparece en fotos, ya que la trama de este nuevo film transcurre casi en simultáneo a lo ocurrido en "Bourne: El Ultimátum" (2007), presentando a un nuevo personaje llamado Aaron Cross (Renner), un veterano de la guerra de Iraq y actual operativo de la CIA cuya vida está en peligro debido a que la existencia de Jason Bourne y del programa de inteligencia al que pertenecía, "Treadstone", se hicieron públicas.
Con la amenaza latente de dejar al descubierto "Outcome", otro de los programas clandestinos que tienen por objetivo crear espías con ciertas habilidades, con una alta resistencia al dolor y que son utilizados en misiones aisladas, de alto riesgo y a largo plazo, Eric Byer (Edward Norton), junto al Ministerio de Defensa, decide cerrarlo eliminando a todos los involucrado, entre los que se encuentran el propio Cross, los otros cinco agentes del mencionado programa y los científicos encargados de monitorearlos. Algo sale mal y Cross, junto a la Dra. Marta Shearing (Rachel Weisz), deben correr por sus vidas.
Esta vuelta de tuerca es, sin duda alguna, igual de entretenida y -lo más importante- con un guión sólido que sigue conectado con los puntos más importantes de toda la saga. Con grandes escenas de acción (la persecución por las calles de Manila es espectacular) y movimientos de cámara propios de los filmes predecesores, la ausencia de Matt Damon no se nota aunque se extraña. Pero como bien señala el lema del film... "nunca fue sólo uno".