Tras su paso por el Bafici, llega a salas El legado, documental en el que Rodrigo Demirjian navega entre recuerdos y las obras que dejó su padre, el artista Jorge Demirijian, para así tratar de entender su rol de hijo y un potencial rol de padre.
En primera persona, Rodrigo documenta de manera intimista el proceso de regresar al país del que se fue, al que solo volvía cada varios años (lapsos enormes de tiempo que pasaba sin ver a su padre), ni más ni menos que para hacerse cargo junto a su hermana de las cosas que dejó su padre.
Cientos de obras en lienzos, miles de dibujos, cuadernos de bocetos y notas personales, grabaciones. A Rodrigo le quedan un montón de cosas con las que no sabe qué hacer, cómo ordenar y catalogar. Con algunas se puede hacer una exposición o donar a un lugar que lo preserve pero de otras es difícil de calcular su valor.
Hay mucho de ejercicio catártico en este documental. Es como una especie de diario íntimo audiovisual, por eso Rodrigo no sólo registra qué van haciendo con todo ese legado que les quedó, sino que interroga a personas que estuvieron cerca de su padre cómo era su relación con sus propios padres, o experimenta él mismo con el arte pero utilizando una cámara.
Los puntos más altos se encuentran en pequeños detalles, algunos desde la voz del artista desde una grabación telefónico y otros desde un cuaderno de notas donde, por ejemplo, anota «La muerte debe encontrarlo a uno realizado, con la mayor cantidad y lo mejor de su creatividad para que sea una muerte plena y merecida». Es que es evidente que en los últimos años Jorge no estuvo ajeno al tema pero también resalta que para él lo importante no es lo que queda de todo lo que se hizo, sino el haberlo hecho, la producción. «Me importa un carajo que se acuerden de mí». «Hace como tres meses que no pinto y eso me pone mal». Sin embargo sus hijos sienten que algo hay que hacer con toda esa obra, que no puede haber sido en vano.
Todo este ir y venir entre cosas y recuerdos le sirven a Rodrigo para plantearse su posible paternidad. ¿Quiere ser padre? ¿Está preparado para ser padre? ¿Qué implica ser un padre? Ideas que van apareciendo de a poco durante toda la película y cobra fuerza con ese final.
En resumen, El legado es un documental introspectivo que por momentos nos hace sentir que no es para nosotros, que nos estamos inmiscuyendo demasiado en la vida de alguien. Consigue ser emotivo, tiene unas pizcas de humor que no se terminan de explotar, y retrata el duelo de una manera auténtica y reflexiva. No hay muchas más pretensiones que esa.