Sea por los efectos del atentado del 11-S, sea por la crisis financiera, sea por lo que sea, Hollywood se puso postapocalíptico. Por lo menos eso es lo que demuestran film como Soy Leyenda, 2012, Número 9 y La Carretera. Futuros en donde unos pocos humanos sobreviven entre las ruinas del fin del mundo, a merced de peligros generalmente representados por ellos mismos.
El Libro de los Secretos no se queda atrás.
Eli (Denzel Washington) es un misterioso caminante que atraviesa los Estados Unidos en un mañana devastado por incontables guerras. Todo es devastación, miedo y muerte. La civilización ya no es tal. Los hombres ahora son caníbales y los gatos se alimentan de cadáveres. El agua, uno de los bienes más preciados. Aunque un tanto como el libro que Eli lleva en su mochila, libro que sólo él pude tener y leer: un ejemplar de la Biblia, imposible de encontrar en ese paraje cementeril. Carnegie (Gary Oldman) el líder de un pueblito moribundo, está muy interesado en el tesoro literario que porta el caminante y mandará a sus matones para conseguirlo. Pero Eli no es ninguna rata de biblioteca: sus armas de fuego, y sobre todo, su temible machete lo convierten en un arma mortífera, un samurai del siglo XXI dispuesto a proteger lo que puede significar la esperanza que necesita lo que queda de la humanidad.
El Libro marca el regreso al cine de Allen y Albert Hughes. Estos gemelos supieron patear encías en 1993 con Verdugo de la Sociedad, una de negros de barrios marginales. Luego vino Presidentes Muertos, de 1995, sobre veteranos de Vietnam, que, lejos de poder insertarse en la sociedad, deciden atracar un camión con dinero. Su siguiente creación llegó en 1999 y fue el tremebundo documental American Pimps, sobre proxenetas. Para 2001 nos entregaron una de sus mejores y más inusuales obras: Desde el Infierno, basada en la novela gráfica de Alan Moore y Eddie Campbell, sobre los crímenes de Jack, el Destripador. Luego hubo un largo silencio, que no fue tan así, ya que dirigieron avisos publicitarios y episodios de la serie Touching Evil, de la que eran productores ejecutivos junto a Bruce Willis.
El Libro... responde perfectamente a las obsesiones de los hermanitos. Tenemos personajes moviéndose en un entorno mugriento, decadente, hostil, impredecible. Un entorno en que nadie te brinda oportunidades, en el que hay que ingeniárselas para poder sobrevivir. Además, está —por debajo de la historia, afortunadamente— el sentido de la denuncia social y de la avaricia y la violencia de las personas.
Pero la película es una de acción y ciencia-ficción (aunque casi no hay ciencia) que le debe un montón a la saga postapocalíptica por excelencia: la de Mad Max. De hecho, los escenarios son mayormente rutas desérticas, como en aquellas películas protagonizadas por Mel Gibson. También se cuela por ahí una referencia a otro exponente del subgénero: en una pared de la habitación donde Carnegie hospeda a Eli hay un poster de Un Chico y su Perro, película de 1975 en la que un joven Don Johnson y su amigo canino recorren un país devastado y enfrentan amenazas extravagantes.
Denzel Washington (también productor del asunto) le da vida a Eli, una suerte de vaquero, parco, metódico, letal si se lo provoca. Un hombre que olvidó lo que era reír, pero con un costado espiritual y compasivo. Es posible pensar que entre Denzel y el Viggo Mortensen de La Carretera hubiera estado el definitivo Robert Neville del cine, el protagonista de la novela Soy Leyenda (Ojo, Will Smith no estuvo mal en la reciente adaptación cinematográfica).
Luego de mucho tiempo haciendo de buena persona, Gary Oldman regresa al papel de villano como los que lo caracterizaban durante los ’90. Como no podía ser de otra manera, su Carnegie es un tipo paciente, contenido al principio, pero que chilla como un histérico cuando las cosas le salen mal.
El resto del elenco tampoco tiene desperdicio. Mila Kunis es Solara, hijastra de Carnegie, quien se suma a la causa de Eli, pese a que el caminante no le tiene demasiada confianza. El papel de Solara estaba pensado para Kristen Stewart, pero no pudo hacerlo por su compromiso con Luna Nueva. La Kunis le da humanidad y fiereza a su personaje, algo que tal vez la Bella Swan de la pantalla grande no hubiera conseguido con su cuasigélida expresión. Jennifer Beals es Claudia, la invidente madre de Solara. Por si no lo recuerdan, Beals supo ser la protagonista de Flashdance, aunque sus espectaculares pasos de baile fueron ejecutados por una bailarina francesa. También se lucen, en roles más pequeños, Tom Waits, Michael Gambon, Frances de la Tour, Ray Stevenson y Malcolm McDowell.
Un giro del final puede resultar tramposo para muchos, predecible para otros, aunque resulta ser un simpático homenaje a una obra literaria que mejor ni dar pistas de cuál es.
El Libro de los Secretos parece no tener destino de clasicazo, pero bien vale verla para divertirse un poco... y rezar para que la raza humana no caiga más bajo.