Al apreciar films como El Lince Perdido (2008) uno de inmediato deduce que los problemas de la animación latina tienen alcances hispanoamericanos: nuevamente debemos destacar una gran mejoría en el apartado visual aunque al mismo tiempo nos reencontramos con otro de esos guiones patéticos que no cuentan con destinatarios visibles más allá de los niños muy pero muy pequeños...