Esta es la historia de quien se queda esperando al que se va. Un relato sin principio ni fin, sumamente monótono, sobre el día a día de un personaje.

El concepto de la mujer que se queda en casa quedó antiguo y, en época de expansión feminista, hasta un poco ofensivo. El dicho que dice que “el que espera, desespera” parece cierto en este cúmulo de planos alrededor de las mujeres aguardando en silencio por sus hombres, en un paraje desolado.

“El llanto” es el 2° largometraje del director Hernán Fernández. Fue estrenado en la Competencia Oficial del 33° Festival Internacional de Cine de Mar del Plata.

La cinta cuenta cómo Elías viaja a Buenos Aires para emplearse en una obra en construcción. Sonia, su mujer embarazada, lo espera en la humilde casa del pueblo rural del interior del país. Así, la película se ocupa de narrar el día a día de ella durante esa ausencia.

Sonia lava platos, viaja en la camioneta con su amiga, va al médico, reza, duerme y todos los días espera el llamado de su marido. Estas acciones se suceden como en un loop, y conforman así una historia pequeña de la que el director decide mostrar una fracción sin ningún tipo de conflicto, lo que no permite que el espectador se involucre con nada de lo que sucede en la historia.

Es por eso que lo que se consideraría el punto fuerte de la producción (la ficción filmada como documental, con planos abiertos, excelente uso de la luz natural y silencios absolutos) es lo que lleva al público a no poder involucrarse en la narración, y hace que la película devenga en un relato aburrido acerca de la soledad, el desarraigo, las separaciones y la búsqueda de un mejor pasar; sin más que mostrar a la mujer que espera a su hombre. Esto, como ya mencioné, queda fuera de lugar y tiempo en esta época de auge feminista.