Un estudiante recibe el aviso de que su padre ha muerto en el interior del país y debe viajar a su entierro. Allí se encuentra con que su padre le ha dejado una finca endeudada y una casa donde vive su amante, que pretende quedarse con el lugar y con la que el joven se ve obligado a convivir. Una historia de desarraigo y reconstrucción personal, una metáfora sobre el país heredado y la juventud que en algún momento debe hacerse cargo de esa herencia.