El dolor y la esperanza, en estado puro
Hace unos meses escribía (creo que en el blog, http://espectadorweb.livejournal.com), una nota sobre Shyamalan, donde subrayaba que no me parecía leal que "vendieran" "Devil" (La reunión del diablo, aquí), como "su" película cuando sólo había dado la idea general y se había ocupado de la producción... Bueno, aquí, la hábil campaña publicitaria se apoya en invitarnos a ver "El mal ajeno" como si fuera de Alejandro Amenábar, cuando éste oficia el mismo rol que Shylaman en esa cinta. Aunque sí, se nota, sutilmente, que la dirección ha recibido su sana influencia y tenemos la suerte de conocer a un proyecto de gran cineasta, como es...Oskar Santos. Hombre que viene de la televisión y que sorprende conduciendo a un cast fuerte y prestigioso, por un camino sinuoso (el guión aborda lo sobrenatural con cuidado respeto) hasta coronarlo en el cierre con sorprendentes resultados. "El mal ajeno" es una muy buena película, cuyo valor supremo es ofrecer una mezcla de géneros medida y exacta (tiene drama, suspenso y aborda lo fantástico con buenas bases), que conforma un producto intenso, atractivo y destacable y que es el punto más alto de la carrera de Eduardo Noriega.
Sí, Noriega, aquel actor que nos deslumbrara en "Abre tus ojos" (1997) y que lleva casi 40 films en su currículum, es quien le termina de dar el salto de calidad a "El mal ajeno". Con el correr del tiempo y su decisión de diversificar sus trabajos, la experiencia le da a este intérprete una profundidad exacta para encarar un proyecto de esta envergadura. Se necesitaba un actor en quien depositar la identificación plena del espectador para poder atravesar las diferentes etapas que la película propone, desde un inicio frío y casi policial, hasta el surgimiento de lo místico en su máxima expresión. Sólo él odía hacerlo... Partiendo del guión de Daniel Sánchez Arévalo, esta Opera Prima de Oskar Santos es lo que definimos como... sencillamente un peliculón.
Diego (Noriega), es un médico cuarentón que trabaja en una Unidad de Cuidados Intensivos y Emergencias para enfermos terminales. Su trabajo es tremendamente desgastante, a tal punto que ha afectado su vida personal y el trato con los enfermos que atiende. A saber, ha desarrollado una distancia instrumental enorme para poder sobreponerse al dolor de quienes reciben su atención. Se ha endurecido y entiende que esa coraza que creó lo ayuda a afrontar su día con todas las herramientas para atravesarlo. Cierto día, una paciente de su grupo que tiene esclerósis múltiple, llega al hospital en estado desesperante. Está embarazada (contra las recomendaciones médicas), y llega luego de una severa intoxicación por pastillas. Su pareja la ha traído a la guardia y exige respuestas a Diego del estado general de la mujer, Sara (Angie Cepeda). La misma será internada con pronóstico desfavorable, elemento que se mostrará crucial en la historia de aquí en más: la pareja de la suicida, Armand (Carlos Leal) buscará a Diego para pedirle explicaciones y amenazarlo en caso de que su mujer no atraviese su problema...De la peor manera.
De aquí en más, no podemos anticipar más (en "El mal ajeno", todo debe descubrirse a su debido tiempo, nunca antes) pero sí les decimos que el director sabe que contar y cómo hacerlo. En el ambiente donde Diego se mueve, vemos clara la intención que se dibuja como idea medular: qué pasaría si la medicina fuera sólo una manera de enfrentar la muerte? Y si hubiera otras, listas a ser usadas en esos casos? Qué características debe tener un sujeto que se propone curar a los demás? Y que se entiende por "curar" a los demás? Hasta donde el hombre influye sobre la materia...
Estos interrogantes y muchos otros desfilan por la cinta con sentido y peso específico propios. Las miradas se cruzan en la sala: todos sabemos que nos proponen en este viaje y elegimos subirnos, sin titubear. "El mal ajeno" es un ejercicio de descubrimiento poderoso: nos esperan 107 minutos donde la trama no nos dará respiro y al llegar al climax, sabremos apreciar el camino recorrido para disfrutar de ese cierre singular y único.
Una gran película. No hay que perdérsela. Opción número uno para este fin de semana. Agendarla.