Teatro filmado de alto nivel
Algunos críticos de teatro europeos hablan de un nuevo estilo de dramaturgia, iniciado en Francia en 2007 por Yasmine Reza con su obra Un dios salvaje (Le dieu du carnage ), que fue llevada al cine en 2011 por Roman Polanski.
El nombre se inscribe en la misma línea estilística. La película recrea la pieza teatral Le prénom , de los franceses Matthieu Delaporte y Alexandre de La Patellière, y ellos mismos la adaptaron para el cine, luego de un brillante éxito en un escenario parisino. Y la película tuvo en Francia una repercusión similar.
Hay cinco personajes claves: Pierre (Berling), profesor en La Sorbona y un ídolo de sus alumnos; su mujer Elizabeth (Benguigui), maestra de escuela; Vincent (Bruel), hermano de Elizabeth, un agente de bienes raíces que nunca leyó un libro, aficionado al tenis e irresistible, hasta que el azar lo hizo tropezar con Anna (El Zein), copropietaria de un negocio de modas; y Claude (Tonquédec), soltero, músico, trombonista para más datos, y un "hombre feliz".
Todos son amigos y se reúnen en el departamento de Pierre para compartir una cena con comida marroquí y celebrar el embarazo de Anna.
En Un dios salvaje las discusiones de los dos matrimonios tuvieron su origen en un incidente escolar protagonizado por sus respectivos hijos.
En este filme la controversia se instala por el nombre que Vincent pretende imponer a su hijo. Un nombre con resonancias políticas, que altera los ánimos y desata la furia, en especial del "progresista" y desaforado Pierre, para quien "la neutralidad no existe". Luego la temperatura en los diálogos se mantendrá caldeada hasta la última escena.
Con el mismo vigor y la misma intolerancia, los cinco comensales discutirán sobre temas como el fascismo, la homosexualidad, el egoísmo, los prejuicios sociales e ideológicos y la relación determinista de ciertas palabras y nombres con la literatura y la historia.
Lo que inicialmente promete ser una comedia de costumbres, deviene en drama, con renovados momentos de crispación cuando Claude revela un secreto que involucra a Françoise, la madre de Elizabeth y Vincent, interpretada por Françoise Fabian, la inolvidable protagonista de Mi noche con Maud (1969), de Eric Rohmer.
Los directores reconocieron la construcción teatral de la película. Es teatro filmado, sí, pero de alto nivel, con diálogos chispeantes y siempre cargados de contenidos, además de excelentes actuaciones, a pesar de cierta tendencia al histrionismo, que sostienen el controlado caos propuesto por los autores.
Cada actor tiene su oportunidad para lucirse y esos momentos adquieren una elevada tensión. A las bazas mencionadas debe añadirse la banda sonora creada por Jerôme Rebotier, que incluye los temas musicales Hello my darling, Troughts y Drive away.