Batman: El caballero de la noche consagró al inglés Christopher Nolan como un director como los que no quedan ni en Hollywood ni en ninguna parte del mundo. Pocos cineastas de la actualidad son capaces de combinar genialmente el sentido del entretenimiento con las ideas, el negocio con el arte. Y lo logró sin jamás traicionar sus preocupaciones: personajes obsesivos, dispuestos a cruzar el límite; tramas intrincadas, narración no lineal...
Su nuevo proyecto despertó expectativas inusitadas entre los fanáticos, incluso antes de que se supiera el argumento.
El origen tuvo una campaña publicitaria misteriosa: trailers que no explicaban demasiado (pero que mostraban imágenes alucinantes), videos con testimonios de especialistas en sueños, manuales para utilizar un aparato que permite adentrarse en la mente...
Prometía, la película.
Pero no cumplió: superó ampliamente las expectativas del más ansioso.
Desde los avances podían advertirse similitudes con Matrix y sus secuelas, pero la obra de Nolan tiene un enfoque diferente: es compleja, pero no complicada; hay efectos especiales y escenas de acción, pero jamás tapan la historia; es ambiciosa, pero no pretenciosa, ya que no necesita de la saturación de referencias bíblicas y de animé en una actitud de “Miren qué inteligentes y cultos que somos”. Nada de eso. Y convendría no seguir profundizando en las comparaciones porque la trilogía de los hermanos Wachowsky perdería por goleada.
Si bien hay elementos dignos de la literatura de Philip K. Dick —muy presente en Matrix, también—, El origen tiene dos influencias específicas. Por un lado, la psicología, especialmente la obra de Sigmud Freud, padre del psicoanálisis. Por otro lado, los film de James Bond, de los que el director es fanático: “Crecí viendo las películas de James Bond, que me encantaban, y viendo esas cintas de espías con esa tendencia a recorrer todo el mundo”. Claro que aquí los horizontes se amplían al mundo del subconsciente. También se pueden encontrar aspectos de otras historias de espías, como Misión: imposible, ya que Dom (Leonardo DiCaprio) lidera a un grupo de especialistas de cada materia (disfraces, técnica, etc.). Sin duda, podemos afirmar que El origen es el mejor y más original thriller de espionaje que se ha realizado.
Lejos de las computadoras y otros aparatos de última tecnología, Nolan eligió darle a su film un estilo clásico, atemporal, con una paletas de colores marrones, negros, blancos, rojos y grises. Incluso los tiros, las persecuciones y las explosiones están filmadas con un estilo directo, artesanal, sin abuso de la tecnología computada, más al estilo de los ‘70. Un enfoque parecido al de David Cronenberg en eXistenZ, que también trataba el tema de las distintas realidades que se van mezclando.
Uno podía esperar que una película de las características de El origen estuviera repleta de trampas para confundir al espectador (Nolan solía valerse de dicho recurso, como en El gran truco). Pero no las hay, por suerte. El argumento tiene sus partes intrincadas, pero nada está tirado de los pelos, los giros dramáticos no son absurdos ni entorpecen la narración, sino que aparecen para enriquecer la historia.
Leonardo DiCaprio vuelve a demostrar por qué es uno de los mejores actores de la actualidad. Por lo pronto, sabe elegir proyectos y directores con los que trabajará. En este film, su personaje tiene varias similitudes con el que venía de interpretar en La isla siniestra: un hombre atormentado por tragedias familiares, que se mueve a través de mundos oníricos. Y una vez más, el actor logra una labor contenida, con momentos de explosión en la medida justa, sin exageraciones.
Marion Cotillard interpreta a Mal, la esposa muerta de Dom, a la que el protagonista conserva en una suerte de limbo creado a base de recuerdos. La preciosísima actriz francesa sabe ser convincente como una víctima frágil y también en el rol de femme fatale.
Ellen Page sigue imprimiéndole actitud a sus personajes, lo mismo que Joseph Gordon-Levitt. Tom Hardy, el nuevo Mad Max, impone presencia y carácter para las secuencias intimistas y en las de acción. Dileep Rao, luego de Avatar, continúa incursionando en universos alternativos. Cillian Murphy, Ken Watanabe y Michael Caine —que aparece muy poquito— demuestran que se sienten muy cómodos en el cine de Nolan... Pero lo más llamativo del elenco es Tom Berenguer. El veterano actor, que supo destacarse en films como Reencuentro, de Lawrence Kasdan, y en Pelotón, regresa a las grande ligas haciendo del socio de un multimillonario clave para la misión de Dom y compañía.
El origen prueba que Christopher Nolan no para se superarse. Es evidente que este cineasta no tiene techo. Y, lo mejor de todo, los estudios de Hollywood están dispuestos a seguir financiando sus creaciones. Ahora está preparando la tercera y última entrega de la saga —de su saga— de Batman. Christian Bale, Michael Caine, Morgan Freeman y Gary Oldman estarán presentes, y se sabe que el Acertijo podría ser uno de los villanos. ¿Qué podemos esperar? Lo mejor. En el caso de Nolan, siempre lo mejor.