Apresurado debut
Es más que exigua la dosis de alarma, inquietud y sobresalto que El pacto proporciona al amante del cine de horror y suspenso, y mucho más escasa todavía la cuota de sorpresa u originalidad: aquí da la impresión de que se ha buscado reunir la mayor cantidad posible de lugares comunes del género y no precisamente haciendo alarde de coherencia narrativa. Cuesta creer que el origen de esta producción haya sido un celebrado cortometraje de 11 minutos de duración que el director y guionista Nicholas McCarthy exhibió con considerable éxito en Sundance y se atrevió a convertir en largometraje cuando vislumbró la posibilidad de hacer, a los 40 años, su demorado debut en Hollywood. Pero parece que se apresuró demasiado. Tuvo que recurrir al material con el que ya contaba y no fue suficiente con estirar la misma historia ni con añadirle rellenos, para colmo convencionales.
En la película hay un poco de todo, desde la casa embrujada y el juego de la ouija para comunicarse con el más allá hasta los oscurísimos secretos de familia y las trampas que producen más risa que pavor.
Todo comienza cuando Annie (Caity Lotz) regresa forzadamente a la casa en la que tanto ella como su hermana Nicole sufrieron en la infancia las infinitas crueldades de su mamá. La mujer acaba de morir y hay que asistir al funeral, pero Nicole desaparece, en la casa se manifiestan fuerzas inesperadas, un policía descubre que existe una habitación hasta entonces desconocida y ése es sólo el comienzo de un montón de misterios más, incluidos ruidos inexplicables, presencias que sólo una médium puede detectar y cuantos estereotipos puedan haber sido vistos en la filmografía del horror. El ridículo está siempre cerca, sobre todo a medida que se avanza hacia el desenlace, y McCarthy, que acierta con algunas imágenes, pero poco puede hacer para rescatar un libreto escrito a las apuradas, no hace mucho para evitarlo.
Hay que reconocer que los actores, en especial la protagonista, Cathy Lotz, y Casper Van Dien, el policía, se toman las cosas bastante en serio. Hacer lo mismo con la película parece resultar, en cambio, bastante más trabajoso.