La segunda película del cordobés Matías Lucchesi (cuya ópera prima “Ciencias Naturales” ya perfilaba a un director a tener en cuenta con su película chiquita de lazos familiares que van más allá de la sangre) se introduce en el difícil género del thriller, pero desde un lado más intimista.
Julio Chávez interpreta Fernando, a un hombre que sufre de alguna enfermedad y como solución encuentra escaparse.
Cansado, dolido, sin ganas de enfrentarse al hijo que preocupado lo llama y no lo atiende, se sube a su velero y se va. Tardará un rato largo en descubrir que no viaja solo cuando se encuentra a una joven escondida que aparece manchada de sangre, interpretada por Pilar Gamboa.
Ella es capaz de arrojarse al agua con tal de que él no la lleve a Prefectura, pues también se escapa, en este caso de un crimen que asegura no haber cometido, e intenta persuadirlo de que la cruce a Uruguay.
Entre ambos personajes predomina el silencio, él es reacio a hablar y a escuchar, quiere estar solo e incluso intenta, sin mucho éxito, escaparse de la amistad de un local que se le acerca constantemente. Es éste el tercer pilar de este triángulo, el uruguayo César Troncoso como una persona que busca acercarse a este hombre arisco y solitario y termina cambiando el rumbo de todo lo planeado.
A la larga, son tres personajes que están solos, que buscaron estar solos o que simplemente se sienten así. En “El pampero” hay tensión y suspenso, siempre generados a través de momentos incómodos en los que a simple vista nada pasa, nada se dice, pero que todo el tiempo brindan la sensación de que algo terrible puede pasar.
A medida que el film se va sucediendo, que el barco va navegando, Fernando y la chica que dice llamarse Carla se van acercando y poniendo en manifiesto sensaciones y sentimientos a los que estuvieron negándose.
Para Fernando no existe posibilidad de un vínculo amoroso en el sentido propiamente dicho para con ella, pero sí termina encontrándose a sí mismo intentando protegerla y aflorando aquello que se empecinaba en esconder y que lo lleva a reconectarse con su paternidad.
Los personajes no dicen mucho a través de las palabras pero se definen claramente por sus acciones. Son personajes de muchas aristas, casi imposibles de descifrar.
Mientras tanto, la tormenta se avecina y ese clima tempestuoso hace florecer lo peor y lo mejor de cada uno de ellos. Así, “El pampero” es un thriller pequeño, que sabe construir un thriller sin necesidad de apelar a grandes escenas y conflictos, siendo éstos más bien internos.
Sin muchos elementos, es una película de personajes y por lo tanto le juega muy a su favor las tres buenas interpretaciones protagonistas, con un Chávez tan sólido como siempre, una ascendente y talentosa Pilar Gamboa y la sorpresa del uruguayo Troncoso que logra ponerse a la altura de ellos. Una película sólida, redonda y bien dirigida.