Un velero y un trío de actores saben ser la ecuación de películas más que interesantes. El Cuchillo Bajo el Agua (Nóż w wodzie, 1962), ópera prima de Roman Polanski, y Terror a Bordo (Dead Calm, 1989), de Philip Noyce, son los ejemplos que primero vienen a la cabeza. Un subgénero que cuenta con un reciente opus rioplatense: El Pampero (2017)
Fernando (Julio Chávez) es un hombre atormentado. No sabemos bien el motivo (en los primeros minutos queda claro que hay una desconexión con su hijo), pero no está en paz, y además parece convivir con una enfermedad que lo obliga a mantenerse medicado. Se sube a su velero, Cronos, y zarpa. Enseguida se da cuenta de que se había colado alguien. Una muchacha (Pilar Gamboa), que luego dice llamarse Carla. Parece asustada, tiene la ropa manchada de sangre, pero no quiere acudir a Prefectura. Sólo pretende que la lleven a Uruguay, de donde es nativa. A regañadientes, y sin ganas de querer enterarse de lo sucedido, Fernando acepta llevarla. Mientras ambos aprenden a confiar entre sí, suele aparecer Marcos (César Troncoso), un guardacosta conocido de Fernando, que insinúa intenciones poco amigables.
En su nueva película como director, Matías Lucchesi se vale de un esquema de thriller, pero elude la mayor cantidad de lugares comunes y se concentra en los personajes de Fernando y Carla. Ambos padecen tormentos personales y deben aprender a relacionarse entre sí. Otro de los aciertos del responsable de Ciencias Naturales (2015) es el manejo de la información revelada y de los silencios, de modo que el espectador es quien debe rellenar ciertos huecos. La presencia de Marcos suma un clima de tensión ascendente, pero incluso en esos momentos Lucchesi se las arregla para transitar por los senderos menos predecibles, conservando el tono buscando desde el principio.
Julio Chávez vuelve a dar cátedra a la hora de encarnar un rol con un fuerte conflicto interno, que trasmite a través de recursos calculados, como miradas y gestos. La siempre estupenda Pilar Gamboa está igual de contenida, demostrando su versatilidad para toda clase de papeles y registros. Por su parte, César Troncoso compone a un individuo siniestro, sin caer en exageraciones.
El Pampero es un drama dentro de cine de género, donde la clave pasa por las actuaciones y los climas. Además, da cuenta de la evolución de un director que ya es para tener en cuenta.