Muda Estrella Zuhair Jury, mejor conocido como guionista de las películas de su hermano Leonardo Favio, ya tiene seis películas en su haber como director. El piano mudo (2010) marca su regreso desde Doña Ana (2002), al narrar la vida y obra de Miguel Ángel Estrella. Miguel Ángel Estrella (Sebastián Blanco Leis) pianista de profesión y militante de alma, fue una suerte de Mesías que se encargó de movilizar compañeros con su música y sus fervientes discursos, allá por el noroeste argentino. En el '77 fue un prisionero político más en el Uruguay, sometido a torturas varias, casi tantas como los flashbacks que exploran tal o cual fase de su vida. Sólo su fama internacional, y la intercesión de la Unesco le deparan la esperanza de libertad. Es casi necesaria la comparación con El Pianista (The Pianist, 2002) de Roman Polanski, otra película acerca de un músico perseguido por paramilitares que logra al fin abstraerse de la guerra y encontrar esperanza a través de su instrumento. Ambas son biopics factuales, aunque El Pianista margina su discurso político al stock de Hollywood y El piano mudo peca por el exceso del mismo. No hay escena que no esté dedicada a afianzar la ideología (de Jury, de Estrella, de la película). Todas ellas la exponen, la contraponen y la vuelven a exponer. Los choques ideológicos se dan de niño, en familia, con su mujer, con su compañero de celda, con sus camaradas, sus maestros, sus torturadores. La vida de Estrella se muestra en la medida en que esa parte construye la identidad política harto propuesta por la película. Sebastián Blanco Leis derrocha pasión y humanismo como el joven Estrella. Si bien la exacerbación de los sentimientos configura un personaje unidimensionado, hay quizás un intento de dualismo a raíz de su música: un hombre tan listo para tocar Bach o Chopin como Atahualpa Yupanqui. Las más memorables escenas lo tienen tocando el piano, o acompañado por una pieza igual de apropiada. A todo esto, nunca deja de ser creíble como el propio Estrella, que aparece al final en carne y hueso para proveer el epílogo del film. Pero Jury nunca pierde de mira la crudeza de su fausta historia. El piano mudo es una sinfonía a la esperanza y la dignidad en el rostro de actos abominables, tanto más potenciados por la veracidad de los hechos que cuenta.
Retrato de un artista Filme de Zuhair Jury basado en la vida de Miguel Angel Estrella. El piano mudo , de Jorge Zuhair Jury, tiene mejores intenciones que resultados. Basado en la vida y militancia del pianista Miguel Angel Estrella, con eje en su cautiverio en Uruguay durante la dictadura, el filme peca de constantes excesos retóricos. Aunque la historia es real, su tono es artificial: los personajes se mueven y, sobre todo, hablan como si estuvieran recitando consignas, que pueden ser justas, pero suenan obvias y trilladas. Jury, guionista de clásicos de su hermano Leonardo Favio ( Crónica de un niño solo o El dependiente ), opta por una puesta expresionista y por mostrar a un Estrella (Blanco Leis) que lleva un arte considerado de elite a los marginados. En la secuencia de apertura, un joven Estrella se sienta a un piano bajo un algarrobo y, ante indígenas campesinos que no conocen el instrumento, ejecuta zambas y chacareras que van convirtiéndose en sonatas. La escena, bajo el cielo del noroeste, es lo suficientemente bella. Tal vez no necesitaba que él dijera a viva voz: “Vine a traerles otras músicas, que los ricos se han apropiado y guardado para ellos”. El realizador enhebra secuencias del cautiverio y de las torturas a las que es sometido, con flashbacks de su infancia y juventud, remarcando el contraste entre el mundo aristocrático al que lo lleva su talento y universo humilde al que lo hacen regresar su origen, ética e ideología. “Mi profesión me lleva a tocar en los salones más importantes, pero mi alma nunca se conmueve más que cuando estoy entre los desesperados de la Tierra”, dice, al tocar en un penal. Aunque la película caiga en subrayados, las imágenes tienen intensidad. La música, sublime, fue grabada por el propio Estrella, en base a creaciones que van desde Yupanqui hasta Beethoven, Chopin y Brahms. Sobre el final, el verdadero Estrella aparece al piano. Habla a cámara y empieza a tocar, mientras la cámara se va deslizando por el paisaje tucumano. Uno se pregunta, entonces, si un documental no hubiese sido el destino más acertado para un filme que, pese a sus defectos, rescata a un artista talentoso y combativo.
Miguel Angel Estrella, el artista y el hombre El piano mudo emociona con la figura del creador Miguel Angel Estrella, xoncertista de piano de fama internacional y luchador por los derechos del hombre, es el protagonista de este film, donde es encarnado por el actor Sebastián Blanco Leis. El director Jorge Zuhair Jury supo captar la emoción de la vida del artista, desde su nacimiento en Vinará, un pequeño y pobre pueblo ubicado al norte de Tucumán, hasta su triunfo artístico mundial, pasando por su persecución política en la Argentina y por su detención y tortura en el Uruguay, donde había buscado refugio luego de su exilio. Así puede vérselo en un rústico camión trasladando su piano a los desiertos, alfabetizando y brindando conciertos en cárceles, escuelas y hospitales en momentos del comienzo del Plan Cóndor. A pesar del horror de esos momentos, Miguel Angel Estrella continúa clandestinamente movilizando acciones humanitarias en su tierra, para luego huir al Uruguay, donde es detenido y torturado. Filmada con considerable calidad estética, El piano mudo es un relato de indudable reciedumbre dramática, en el que un elenco seleccionado con inteligente mirada supo compenetrarse de sus respectivos papeles. Una música de gran valor melódico y una fotografía de logradas tonalidades apoyaron esta historia que de la realidad salta a la pantalla grande y descubre en Miguel Angel Estrella a un músico que es, además, un ejemplo de valentía en medio del terror vivido en los años de la dictadura.