Una leyenda vertiginosa
Guy Ritchie lleva la leyenda del Rey Arturo a la pantalla grande con una versión que deslumbra por su ritmo vertiginoso, fiel a la impronta cinematográfica del director ex marido de Madonna.
El filme relata -de forma no cronológica y con flashbacks constantes- la historia de Arturo, cuyo padre fue asesino por su tío Vortigern para usurparle el trono. Pero cuando Arturo crece en la antigua Gran Bretaña y es obligado a extraer la espada de la piedra, su vida cambia drásticamente y se debe enfrentar su legado.
Lo cierto es que la película cautiva por su impacto visual y efectista, su inquietante banda sonora, sus luchas grandilocuentes y sus criaturas fantásticas que emergen del agua y de la Tierra. Hasta por momentos parece que fuera un trailer constante o un videoclip.
Sin embargo, ni los personajes (con un elenco encabezado por Jude Law en la piel del villano que no logra transmitir nada en todo el filme) ni la trama alcanza a estar a la altura de la parafernalia que se ve durante los 140 minutos del filme, lo cual resulta insustancial y poco atrapante.
¿Conclusión? Una película para los amantes de las luchas de masas, caballeros, magos, hechiceras y paisajes escoceses donde la fantasía se convierte en realidad de las manos de Ritchie, el encantador del séptimo arte.