Otro live action de Disney,.. nada más y nada menos que El Rey León. Nos encontramos nuevamente con la majestuosa historia de Simba (o al menos eso queremos creer). Protagonizada por Donald Glover, Chiwetel Ejiofor, Beyoncé, James Earl Jones, Seth Rogan, John Oliver, John Kani y Alfre Woodard está adaptación dirigida por John Favreau es puro brillo y poca alma.
Estamos en una época de transición en la empresa del ratón, nuevas adaptaciones pasaron y otras vienen a montones, al parecer los jefes quieren revolver la olla mágica para ver lo que encuentran en el fondo pero con El Rey León agarraron un cucharón mucho más grande de lo que pensaban.
Una película que a nivel técnico es impecable, encontramos en ella animales CGI que son tan perfectos que causa escalofríos ver la pantalla y ver a estos mismo hablar, con líneas exactas, recitando El Rey León nuevamente al pie de la letra. El problema es que con todo ese realismo que vemos, esa maravilla técnica que ofrece Fraveau y compañía queda separada del encanto animado de lo que vimos en 1994; los números «Hakuna Matata» o «I Just Can’t Wait to be King» realzan el motivo de que el alma del Rey León quedó en lo animado, en esta adaptación vemos a un León, una suricata y un jabalí cantando con el encanto que puede tener un trupe de verdaderos animales cantando; se siente demasiado artificial, sintético y no logra conectar con el espectador. ¿Se acuerdan a Simba asumiendo ese modo feliz de vida que conlleva el Hakuna Matata? Bueno, acá simplemente es un león con poca expresión cantando.
Ojo, el cast funciona casi en su integridad en sus respectivos roles. Rogen y Ejiofor logran ofrecer lo mejor de lo mejor en cuestión de voces, Pumba y Skar elevan el ambiente con sus escenas, no obstante si bien el trabajo es positivo volvemos a encontrarnos sin el alma o al menos algo que impacte más allá de lo visual. Por otro lado Donald Glover es la pifiada de selección de casting y su intento por darle vida a la voz de Simba resulta hilarante en todo sentido.
No tenemos a Elton John (por lo menos hasta los créditos), no tenemos el alma majestuosa de esa obra maestra de 1994 y tampoco tenemos la diversión que ofrecía la extensión de la original. A veces más no quiere decir que sea mejor y con El Rey León encontramos el ejemplo perfecto a todo esto, esta nueva live action a una verdadera lástima y una de las decepciones del año. Valoración: Regular.