Detenida en el tiempo
Adaline Bowman (Blake Lively) nace a principios del siglo XX, se casa, tiene una hija, pero un accidente provoca que su cuerpo ya no envejezca, y Adaline queda detenida en una eterna juventud.
Por supuesto esto le impide llevar una vida normal, con el tiempo Adaline luce tan joven como su hija, y le resulta imposible justificar su edad, por lo que luego de detenerla por una infracción de transito la policía cree que miente sobre su identidad y se ve obligada a huir.
Así, cada diez años Adaline se muda, cambia su aspecto, y consigue nuevos papeles para justificar su identidad. Llevando una vida solitaria, sin poder echar raíces, tener amigos, y mucho menos una familia, ya que le sería imposible envejecer al lado de alguien.
Pero como sucede en todas las películas románticas, aunque tengan un toque de ciencia ficción, siempre aparece alguien que cambia todo, en este caso es Ellis Jones (Michiel Huisman) un filántropo atractivo e insistente que termina ganando el corazón de Adaline, y poniéndola en una encrucijada sobre su vida, en la que deberá decidir entre seguir huyendo o enfrentar su realidad, para poder vivir al lado de quien ama.
Con una combinación de romance, drama y elementos fantásticos, la película construye una trama interesante que engancha en el comienzo, y va y viene por distintas etapas de la historia, que la protagonista ha recorrido siempre envuelta en un halo de misterio y a punto de salir corriendo, donde sea que se encuentre.
La película tiene una cuidada estética, que incluye reconstrucciones de diferentes épocas, y en todas el vestuario de la protagonista es exquisito. Blake Lively, da hermosa en cámara, pero por momentos es tan poco expresiva, que tantos cambios de ropa, todos tan lindos, la hacen verse más como una modelo que como una actriz.
La química entre los protagonistas funciona muy bien y Harrison Ford en un rol secundario, es quien compone el mejor personaje de la historia, al igual que la experimentada Ellen Burstyn.
Si bien por momentos nos deja con las ganas, y lo que comienza como una gran misterio, desaparece en una historia romántica mas accesible para el público, "El Secreto de Adaline" no es una típica película de amor, y tanto su estética como el misterio de su protagonista la convierten en algo más que eso.