De pueblo en pueblo
Una voz en off narra la película desde el comienzo, se presenta como periodista y luego pasará a ser parte de esta historia. Nos anuncia que lo que parecía ser una noticia de la sección de espectáculos, terminó siendo la tapa de policiales.
Desde ese momento sabemos que al final de la historia algo va a explotar, algo que se viene conteniendo, y por lo que han anunciado, el desenlace no será bueno.
Juan (Carlos Bellosso) y Mario (Tomás Pozzi) son dos artistas que recorren los pueblos en una casa rodante, buscando algún lugar donde hacer su show, y así ganarse el día. En un bar donde actúan una noche conocen a Lucía (Emilia Attias), y por cosas del destino ella también se sube a la desvencijada casa rodante, para girar por los pueblos, y sumar así su voz y sus canciones al show.
Desde el principio sabemos que los personajes principales guardan un secreto, y están cometiendo un fraude. Pero a medida que la historia avanza, Lucia se convierte en el objeto de deseo de sus compañeros, y al volver a su pueblo -Chacabuco- donde presentan su show, un ex novio (Adrián Navarro), se suma también a la historia, para complicar aún más las cosas.
El trío protagónico funciona bien, pero los vínculos entre ellos no son lo suficientemente creíbles como para sostener la historia. El suspenso y la expectativa construyen un buen comienzo, pero la historia parece haber equivocado el rumbo y hace demasiado hincapié en el drama, con largos diálogos que carecen de contenido, restándole lugar al humor negro, o la sátira que en algunas escenas demuestran funcionar mejor que el melodrama, y ciertos lugares comunes.
Es una historia con muchos condimentos interesantes, tal vez demasiados, por eso parece quedarse a mitad de camino y cuando llega el final no logra convencer demasiado.