El puente San Roque González de Santa Cruz une Posadas, Argentina, con Encarnación, Paraguay. En su inauguración, en abril de 1990, el discurso oficial decía que la obra condensaba el sueño de unidad entre Argentina, Paraguay y Brasil. Pero se transformó en un puesto de frontera represivo y corrupto. En este escenario, que condensa simbólicamente la sociología de la región, el relato se estructura entorno a tres historias. La de Aurora Lucena, la de Eduardo Petta y la de Ricardo de la Cruz Rodríguez.