Esta adaptación del cuento “We can remember it for you wholesale” de Philip K. Dick, es más una reinterpretación de la historia que una remake del filme homónimo. Varios cambios son los que los realizadores han tenido en mente para distanciar esta cinta de aquella otra protagonizada por Arnold Schwarzenegger. Aquí, Douglas (Colin Farrell) es un obrero que decide inscribirse en Rekall, una compañía que transforma los deseos y los sueños en recuerdos reales. Poder “convertirse” aunque sea en sus sueños en un espía secreto dará algo de adrenalina a su aburrida existencia. Sin embargo, en medio del tratamiento y tras un tiroteo del que poco comprende, descubre que su esposa (Kate Beckinsale) es en realidad una agente encubierta enviada para asesinarlo. Ahora Douglas es un fugitivo que debe encontrar al líder de la resistencia y descubrir qué es real y qué es una fantasía de su propia mente.
La presencia y la fuerza que tiene Beckinsale como heroína de acción logran opacar en más de una ocasión a Farrell, correcto en su personaje pero sin brindar una actuación que se destaque en su filmografía. Jessica Biel como el tercer eslabón de este triángulo amoroso y combativo suma oficio y corrección a su personaje, estereotipado pero acorde a lo que la historia necesitaba. Las persecuciones en general y la lucha que se da entre los tres dentro y fuera de un laberinto de modernos ascensores, están entre las secuencias más logradas de la película. Interesante propuesta de género que tiene una segunda mitad descuidada, y algo torpe, a la que le sobran unos treinta minutos de metraje.