El amor ortopédico.
No hay otra manera de pormenorizar una situación como la que nos ocupa: viendo la última película de Spike Jonze, uno llega a la irremediable conclusión de que se lo extrañaba -y mucho- en el contexto cinematográfico contemporáneo. Ella (Her, 2013) es su obra más armoniosa, podríamos decir más “tradicional” a nivel formal si no tuviésemos que aclarar que el componente surrealista sigue estando presente en el plano temático, conformando un díptico clasicista junto a Donde Viven los Monstruos (Where the Wild Things Are, 2009) y bajando considerablemente las revoluciones con respecto a las exquisitas ¿Quieres ser John Malkovich? (Being John Malkovich, 1999) y El Ladrón de Orquídeas (Adaptation, 2002).
El convite nos ofrece la historia de Theodore (Joaquin Phoenix), un hombre que afronta un divorcio y trabaja en un servicio retro futurista de tercerización de cartas personales: es decir, escribe misivas bajo contrato destinadas a parejas, familiares y/ o amigos de un determinado cliente. Así las cosas, un buen día Theodore instala un sistema operativo en su computadora que se presenta a sí mismo como “Samantha” (Scarlett Johansson) y con quien eventualmente desarrolla una relación romántica que lo llevará a superar sus penas, revaluar el “vínculo estándar” con la tecnología y definir los límites concretos del cariño, reduciéndolos a su esencia para intentar comprender tales “circunstancias del corazón”.