Ella

Crítica de Patricia Relats - El Espectador Avezado

Cuando me senté a ver esta peli fue por el imperativo de ver todo lo que haga Joaquín Phoenix. Me prometí hace años no dejar de ver lo que este hombre hace en pantalla y muy pocas veces me ha decepcionado. Con una carrera irregular por estar alrededor de los millones de problemas de inestabilidad que todos sabemos que tiene, Joaquín entrega uno de los mejores trabajos en esta maravillosa película.
Con guión original de Spike Jonze (que le mereció un Óscar en esta categoría este año y quien también la dirige), la película cuenta la historia de Theodore quien tiene el particular trabajo de escribir cartas personales para parejas, seres queridos y demás de otras personas. Con esto sabemos que es un hombre que anhela el amor pero que carece de él. Un día compra un nuevo sistema operativo que es inteligente y aprende de sí mismo, con voz de mujer. La vida de Theodore se llena de “Ella”. A partir de allí, logra establecerse una relación en la que ambos aprenden a descubrirse y, juntos, un nuevo mundo.
No es ilógico pensarlo como una relación idílica de la distancia al principio, pero concretar es más complicado y es un punto que no puede estar muy distante.
Eligieron sets en Los Ángeles y en Tokio para recrear esta ciudad que no termina de ser ni actual ni futurista, con una paleta cargada de rosa y de tonos sepia, ambientando un cuento de lo más romántico, repito, sostenido por el guión y por la maravillosa actuación de Joaquín.
Si bien por momento hay una tensión y una serie de elementos que esperan por aparecer que crean la sensación de faltar ritmo, todo confluye a un fin tierno, ideal para esta historia que no está plagado más que de almas que buscan encontrar esa maravilla de la conexión pero que no están conectados entre sí mismos.
Y acá es donde un cuento de una ¿Pareja? Se vuelve algo mucho más complejo. Donde las cartas entre dos personas las escribe alguien más que no los conoce (pero siente conocerlos), donde la interacción está mediada por aparatos que terminan confundiendo quién es una persona real y quién no lo es, porque las nuevas comunicaciones acercan al que está lejos y alejan al que está cerca, promoviendo un tipo de relaciones hasta el momento, impensadas. Pero no son menos reales y esto queda bien claro. El dolor es real, que estén involucrados es real.
Una maravillosa canción original termina de dejarnos en este contexto de absoluto romanticismo donde Theodore tendrá que encontrar la manera de volver a conectarse con su entorno de una manera que pueda terminar más completo. Imperdible.