Viejitos en la fuente
Fred (Christopher Plummer) acaba de enviudar y su sobreprotectora hija ha tomado unas cuantas decisiones por él, entre ellas vender la antigua casa familiar e instalarlo en un cómodo y pequeño departamento, con una señora que lo cuide. Fred no ha sido muy feliz en su matrimonio, y ahora viudo y llegando a los ochenta años tampoco lo es, es un viejo quejoso y malhumorado.
En el nuevo edificio y del otro lado del pasillo vive Elsa (Shirley MacLaine), quien no tardará mucho en darse a conocer. Elsa es todo lo contrario a Fred, es una especie de Campanita en versión anciana, una mujer con mucha gracia e imaginación, que no tiene ningún problema en mentir y construir cualquier clase de historias, con tal de conseguir lo que se propone.
Elsa insiste y hace uso de todas sus artimañas hasta que consigue comenzar una relación con Fred, a quien logra despertar de su letargo y es feliz como nunca lo fue en su vida; pero por otro lado, las mentiras y las extrañas historias de Elsa lo sacan de quicio.
Ya en el final de sus vidas ambos decidirán que hay cosas que pueden dejarse de lado, y nunca es tarde para cumplir esos sueños que han pospuesto durante toda su existencia.
Ambos actores están extraordinarios en sus roles, Shirley MacLaine tiene intacto su carisma y gracia y compone a una mujer llena de energía, desfachatada y con una actitud positiva, a quien pasados los ochenta años le importa muy poco lo que puedan pensar los demás.
El resto del elenco acompaña muy bien a los protagonistas especialmente Jared Gilman (el pequeño boy scout de "Moonrise Kingdom") quien interpreta al nieto de Fred, y tiene muy buena química con el personaje de Plummer.
Es inevitable al ver esta película no compararla con la original, la película argentina interpretada por la gran China Zorrilla, quien sostenía casi toda la historia con su excelente interpretación; en esta versión los roles están mejor repartidos, y si bien Shirley MacLaine se destaca notablemente entre los demás actores, el guión está mejor construido, es más efectivo y redondo, de modo que la película tiene más méritos que tan solo la interpretación de la protagonista femenina.
Con un hermoso final, un mensaje muy positivo y una prolija dirección de Michael Radford ("El Cartero") la película es una muy linda historia, simple, tierna, y de esas para pasar un buen rato, y salir del cine contentos.