Luego de la ovación en el pasado Festival de Cannes, dónde la película fue aplaudida por la crítica, llega este jueves 14 a las salas de nuestro país la última película del director Baz Luhrmann («El gran Gatsby», «Moulin Rouge», «Romeo y Julieta»), con el protagónico de Austin Butler y Tom Hanks. Un film avasallante e intenso sobre la vida del ícono Elvis Presley, desde sus inicios y hasta su muerte.
La película en sus más de dos horas y media de duración no escatima en recursos ni los dosifica. Desde el primer minuto Lurhmann pone todo lo que considera necesario (quizás demasiado) para atraer al espectador: colores, música, gran variedad de personajes y estilos, recursos visuales, efectos de cámara, e idas y vueltas en el tiempo para retratar por un lado los comienzos en la vida de E.P y por otro lado la mirada del manager sobre los diferentes eventos que ocurrieron en la lamentablemente corta pero intensa vida del ícono pop.
La historia se apoya en el relato del coronel Tom Parker (Hanks) para ilustrar el ascenso, los altibajos y la consagración de quien representó el rock y el pop en EE.UU en una época en la cual un cantante blanco no podía rodearse de gente de color. Si bien la película no solo hace eje en la faz profesional de Elvis, pues retrata varios aspectos de sus vínculos familiares y amorosos (el personaje de Priscilla, interpretado por Olivia DeJonge es central en ese aspecto), el filme en su conjunta quizás se recuerde más por su gran producción y el efecto de entretener a la audiencia, que por su sensibilidad al abordar ejes más dramáticos, los cuales se encuentran muy presentes en la historia real de E.P y podrían haber sido trabajados con más detenimiento y profundidad.
Butler realiza un notable trabajo de interpretación y entrega. Logra transmitir ese sex-appeal por el cual Elvis fue tan reconocido, más allá de su indiscutible talento musical. El oscarizado Tom Hanks muestra un correcto y detestable «Tom Parker», aunque su extrema caracterización lo vuelve por momentos irreconocible.
Visualmente la película es avasallante, no se puede negar su excelencia a nivel técnico y musical (excelente trabajo de Elliott Wheeler en la música). Se advierte que Luhrmann contó con un equipo de primer nivel para llevar a cabo esta biopic / homenaje de Elvis Presley, un icono amado en EE.UU y que generó una ola de fans fieles que al día de hoy lo mantienen vivo. Su música lo trascendió y esta película viene a recordar algunos temas e interpretaciones entrañables y pegadizas que logran que el espectador tenga ganas de salir a rockear en su butaca. Si el objetivo es entretenerse y escuchar los hits de Presley, «Elvis» cumple con su objetivo y con creces.