Elysium

Crítica de Milly Bianchiman Sur - Negro&White

Elysium, la polarización del mundo

Sabemos que a esta altura del año se puede estar un poco cansados de los mega blockbuster, pero la nueva película Neill Blomkamp, quien nos voló la cabeza con su opera prima, District 9 (2009), merece una chance por parte del público.

En un mundo futuro, sobrepoblado y contaminado, la sociedad se polariza extremadamente entre los pobres, que viven en la tierra y los ricos, quienes crearon Elysium, una estación espacial paradisíaca, que cumple con todos los requisitos de comodidad y extravagancia. Max De La Costa (Matt Damon) representa al ciudadanía promedio de la Tierra que aspira poder llegar algún día a Elysium. Su vida se transforma aún más decadente cuando por un accidente en el trabajo, a Max le quedan los días contados.

Su única solución es viajar a Elysium y poder curarse. Pero debido a las difíciles políticas de emigración, no hay una manera fácil que permite dejar la Tierra, por lo que Max decide aliarse con un grupo de rebeldes en una misión suicida que tiene como objetivo llegar al destino anhelado y la salvación para muchos.

Neill Blomkamp es una maestro de las alegorías políticas distópica, que traza varías líneas críticas sobre la sociedad actual, pero las que más resaltan son las políticas de inmigración de Estados Unidos y de la salud, que son tan extremistas como la realidad. El diseño de producción es realmente impresionante, dibujando una Tierra cual villa de emergencia en la que el espectador puede sumergirse fácilmente. La historia queda casi por completo relegada al destino de Max, dejando de lado una mirada más introspectiva sobre el mundo de Elysium, su sociedad y su política, lo cual hubiese sido un poco más interesante.

El film puede no deslumbrar desde su historia pero técnicamente, y para ser más específica, la cámara de Neil en escenas claves, hacen esta propuesta mucho más interesante de todo lo que se ha visto de ciencia ficción en el año (a excepción de Pacific Rim, claro está). Blomkamp cuenta con un cast bastante impresionante para los personajes principales. Matt Damon, que se arriesga por primera vez al sci-fi, sale muy bien parado como un héroe de acción una vez más, impulsado por la desesperación y la bondad inherente. Pero su personaje se luce mejor en contraposición con el supervillano Kruger (Sharlto Copley, District 9), quien se convierte en una pieza tan primordial como desagradable que renueva el interés en la historia cuando comienza a decaer.

Lo que Elysium demuestra es que Neill Blomkamp sabe cómo crear escenarios que parecen terriblemente plausibles, pero sin parecer o aspirar a ser soberbio en el intento. Algunas cuestiones técnicas de animación (atenti a los movimientos de los droides), sobretodo de cámaras y de montaje, convierten a Elysium en un film interesante de observar, pero que a pesar de sus promesas y de la inteligencia de su director, se termina por degenerar en una película de héroe vs villano. Queda a merced del espectador si esto es malo o bueno.