Los reyes de la carretera
Dirigida por Walter Salles (Diarios de motocicleta, 2004) y basada en la novela de Jack Kerouac que lleva el mismo nombre, En el camino (On the Road, 2012) fue una de las películas más esperadas de la 65ª edición del festival de Cannes, donde estuvo nominada a la Palma de Oro.
Luego de la muerte de su padre, Sal Paradise (Sam Riley) se encuentra con su amigo Dean (Garret Hedlund), un ex convicto que dedica su vida entera a la búsqueda de placer. Juntos realizan un viaje en el que recorren distintos estados de Norteamérica. En cada lugar los espera una nueva experiencia, cada vez más sexual y liberal que la anterior.
A través de su encanto y su poder de seducción, Dean atrae mujeres y hombres y los convence de embarcar cualquier tipo de aventura. Mary Lou, Kirsten Dunst y Kristen Stewart, son las protagonistas femeninas de la historia, enamoradas de este personaje que jamás podrá dejar la carretera y sentar cabeza. Una y otra vez ambas mujeres, a pesar de ser tan distintas entre sí, caen bajo sus falsas promesas que se desvanecen con rapidez.
El film nos muestra la renuncia de los vínculos afectivos de Dean y su amigo Sal, a través de un viaje a fines de los años cuarenta en donde recorren distintos estados, entre ellos, Nueva Orleans y Dallas. Pero este recorrido solo representa una parte de la Road movie, ya que sus protagonistas forman parte del mismo concepto, en especial el de Dean: Un pasajero permanente cuyos intentos de establecerse en un solo lugar le traen infelicidad. También veremos a una Kristen Stewart mucho más madura, en un personaje erótico e irreconocible después de haberla visto en interpretaciones mucho más débiles (Crepúsculo, Blancanieves y el cazador), en donde sus ya famosos tics se esconden detrás de una mujer que busca el sexo como escape para compensar sus propias frustraciones.
Esta Road Movie gira en torno a lo generado por Dean en cada lugar que visita y del impacto que deja en cada persona que conoce, a través de la voz en off del escritor, quien retrata cada experiencia en su diario personal. Una búsqueda de placer como consecuencia de los ideales de la generación beat que surgió en esta década retratando el rechazo a los valores Estadounidenses clásicos.
Es cierto que la reiteración de escenas sexuales, diversión en los clubs de Jazz, las secuencias en la ruta, y la creación de un clima denso generan una sensación de Déja vu inevitable en el espectador, pero todo forma parte del retrato de dos hombres en un viaje eterno pero que, como todo viaje, en algún momento debe terminar.