Luego de su trabajo juntos en la excelente “Rush: Pasión y Gloria”, Ron Howard vuelve a dirigir al australiano Chris Hemsworth en esta épica reconstrucción cinematográfica de un hecho real que sirvió de inspiración para que el escritor estadounidense Herman Melville escribiera la novela “Moby-Dick”.
Esta película está basada en el bestseller de Nathaniel Philbrick sobre la dramática travesía del barco ballenero Essex, que el 20 de Noviembre de 1820 fue atacado -en el Océano Pacífico- por una ballena albina gigante (cachalote) con un sentido de venganza casi humano y que formó parte de la mitología universal como Mocha-Dick.
La historia se inicia en 1850 en la isla de Nuntucket. El joven Melville (Ben Whishaw) visita a Tom Nickerson (Brendan Gleeson), uno de los pocos sobrevivientes del naufragio del barco, para entrevistarlo con el objetivo de escribir una novela de ficción basada en hechos reales. Él se niega a abrirse a contar lo sucedido porque la tragedia lo dejó un poco traumado; pero ante la insistencia de su esposa (Michelle Fairley), y la necesidad de dinero, poco a poco comienza a narrar la experiencia.
La entrevista es la excusa y el marco para narrar los hechos sucedidos hace más de30 años. A partir de flashbacks de larga duración, el film no sólo se centra en preparativos de la expedición de dos años por las costas de Sudamérica con el objetivo de llenar barriles con aceite de ballena, sino también en la rivalidad entre dos hombres muy opuestos con un mismo objetivo: ser el capitán del Essex.
Uno es Owen Chase (Hemsworth); el otro George Pollard Jr. (Benjamin Walker). El primero es un hombre de campo, con una vasta experiencia marítima, y el segundo es el hijo acomodado de una familia de renombre sin ninguna capacidad en ultramar y que obviamente es quien lidera el comando del ballenero cuya tripulación también estaba compuesta por el segundo oficial Matthew Joy (Cillian Murphy) y el marinero Thomas Nickerson (Tom Holland en versión joven).
La enemistad, y los cuestionamientos entre ambos en cuanto a ciertas decisiones a tomar en alta mar, quedan de lado cuando lo que más adelante los lectores conoceremos como Moby-Dick, aparece con furia para hacer naufragar a la embarcación que se vio forzada a hacer lo impensable durante 92 días para mantenerse con vida mientras se encontraban a la deriva en el Pacífico entre tormentas oceánicas: la hambruna, la deshidratación, el pánico y la desesperación los llevó a cometer actos de canibalismo.
Con actuaciones correctas (ninguno de los actores destaca más que el otro), “En el Corazón del Mar” es un relato de aventura y supervivencia bastante entretenido y con espectaculares escenas que requieren verla en 3D. Una imponente y aterradora epopeya.