Francois Ozon es un reconocido director francés que, entre otras películas, dirigió 8 femmes. Ahora llega con esta película que tiene como protagonista a un profesor de literatura. “
Los que no saben, enseñan”, se dice a menudo, y algo así es lo que le sucede a Germain, que fue un escritor pero fracasó y ahora sólo se dedica a enseñar a una clase a la cual no le ve futuro alguno. Al menos hasta que un trabajo escolar destaca a uno de esos alumnos, Claude.
Todo empieza como un rico ejercicio en el que él describe la casa de su mejor amigo, el hogar, con sus padres y, sobre todo, esa “mujer de clase media” por la cual va a sentirse fascinado, interpretada por Emmanuelle Seigner.
Germain se entusiasma tanto con el trabajo de este joven que lo incita a seguir escribiendo, guiándolo, aconsejándole a nivel estructural y narrativo. Pero así, lo incita a seguir invadiendo esta casa y esta familia, ya que parece ser el único modo en que él se inspira.
El film es como una gran lección, especialmente para aquellos a quienes les gusta escribir, pero además es divertida, sobre todo aquellas escenas entre el profesor y su mujer, la gran Kristin Scott Thomas, que interpreta a una mujer que intenta llevar adelante una galería de arte cuyas dueñas son dos gemelas que apenas parecen saber sobre lo que se dedican.
La obsesión, la invasión, los deseos, el vouyerismo, el arte, la literatura (con esto, incontable cantidad de citas), son algunos de los temas que desfilan de manera brillante en esta película donde Claude utiliza su imaginación y la vuelca al papel, nos manipula y seduce con una historia en la que no pasa nada y pasa todo a la vez, depende de cómo se lo cuente, y él sabe hacerlo.
¿Pasó realmente o son licencias poéticas que se permite el escritor? Tan fascinante como perversa, Ozon nos trae una obra con un excelente guión y actuaciones a la par. Porque así como Germain no puede dejar de leer lo que escribe Claude, nosotros no podemos dejar de ver esta película, es hipnótico, queremos saber más todo el tiempo.
Basada libremente en “El chico de la última fila”, de Juan Mayorga, el film tiene incluso algo de Woody Allen (además de verse el póster de una de sus películas) y es sin duda una gran opción para ver algo tan entretenido como rico.