La olla a presión que destapó en 2002 la detallada investigación periodística que llevaron a cabo los miembros de la sección "Spotlight" del periódico The Boston Globe sobre las decenas de abusos sexuales perpetrados por los miembros del clero de esa ciudad norteamericana durante las últimas décadas fue el punto de partida no sólo para la publicación de más de 600 artículos sobre el tema que les valieron el premio Pulitzer sino también el inicio del punto de quiebre que provocó una profunda crisis interna y de fe en la Iglesia Católica.
Este gran escándalo no sólo divulgó los casos ocurridos en Boston sino que despertó en la sociedad norteamericana la conciencia sobre este tipo de crímenes cometidos por los miembros de la Iglesia al punto que minó la confianza en las instituciones religiosas y varios casos ocurridos, no sólo en los Estados Unidos sino a nivel mundial. Los lectores podrán recordar, entre otros casos que han conmocionado a la sociedad, al cura Julio César Grassi que contó con la complicidad del sistema judicial y la curia local para evitar ir a prisión durante varios años.
Lo mismo ocurría en Boston hasta el años 2002 y cuando los periodistas del Globe, todos ellos de raíces católicas, fueron encomiados por su nuevo editor –Marty Baron (Liev Schreiber), de origen judío- para investigar estos hechos, muchos de ellos pusieron en duda su propia objetividad en el tema pero lo afrontaron con profesionalismo hasta descubrir algo que los llevó más allá de las fronteras de su país.
En este punto, "En Primer Plana" llega quince años después de que comenzara la investigación original para relatar con lujo de detalles como fue que Walter "Robbie" Robinson (Michael Keaton) y su equipo fueron siguiendo las pistas que terminaron con la impunidad no sólo del clero sino también de toda la cadena de abogados, policías y jueces que los protegía. Más tarde descubrirían con asombro que el paraguas no era exclusivo de los Estados Unidos sino también del Vaticano pero esa es otra historia.
El director Tom McCarthy se toma los 128 minutos de película para contar su historia sin contratiempos ni pérdidas de tiempo, en forma objetiva, como corresponde al periodismo. No hay tiempo para historias de vida, sólo para testimonios que contribuyen a la causa. La cinematografía del filme tampoco busca sorprender, con tomas clásicas que no buscan la acción porque no la hay, pero sin desentonar en absoluto. El guión también es un logro ya que abarcar los casi dos años que duró la investigación en el tiempo antes mencionado es muy meritorio.
Es más, ni siquiera hay música y cuando suenan algunas melodías casi al final del filme, ahí se cae en la cuenta de que todo se trata de una película pero tan bien contada y actuada que no lo parece. No por nada Mark Ruffalo y Rachel Mc Adams obtuvieron sus nominaciones al Oscar como actor y actriz de reparto, las mismas que hubieran obtenido cualquiera de los otros intérpretes porque "En Primera Plana" es una película en la que todos los actores tienen su tiempo para lucirse, sin privilegios de cartel.
En definitiva, esta película se inscribe en la línea de esos filmes que se proyectan en escuelas de periodismo para dar una idea de lo que el trabajo conlleva y en la que títulos como El Informante, Todos los Hombres del Presidente, El Diario y Live from Bagdad (estas dos últimas también protagonizadas por Keaton, que casualidad) que no sólo entretienen sino que también informan y que sin duda se hace merecedora de las seis nominaciones al Oscar que ostenta.