Empatizar o no empatizar…esa es la cuestión
Probablemente En tus zapatos sea la última, o una de las últimas películas protagonizadas por Adam Sandler antes de convertirse, al menos por un tiempo, en actor exclusivo de la plataforma Netflix; además el film será recordado como uno de los mayores fracasos comerciales del intérprete en la taquilla mundial.
El film de Thomas Mc Carthy nos presenta a Max Simkin(Sandler), un joven que mantiene la tradición del negocio familiar y por ello pasa sus días inmerso en su rutina como zapatero barrial. Además tiene a su cargo el cuidado de su madre anciana y enferma; y por otro lado, mantiene una amistad con el barbero vecino (Steve Buscemi). Sin embargo, a partir de un desperfecto en la máquina que utiliza para coser suelas, recurre al antiguo artefacto usado por su padre, su abuelo, y su bisabuelo. Dicho aparato le otorga la posibilidad de cambiar su apariencia y lucir exactamente como sus clientes, todo a través de la simple acción de calzarse los zapatos que repara. Por momentos esta habilidad lo divierte, le permite cortejar mujeres bellas, pasear en autos lujosos, etc; pero también le trae ciertos problemas al encarnar a un mafioso local que está involucrado en un negociado turbio que afecta al barrio de Max.
En tus zapatos nos muestra a un Sandler que interpreta su rol desde el terreno del drama, centrándose en este aspecto al construir un personaje triste, melancólico, aburrido, muy moderado y cauto a la hora de los chistes, alejándose así de los roles que lo suelen caracterizar. Su actuación es convincente y se complementa a la perfección con los roles de Buscemi y Dustin Hoffman, ambos con participación central en la trama.
A pesar de estos esfuerzos actorales, el guión de McCarthy es predecible, torpe y aburrido casi de principio a fin y cae en cientos de lugares comunes, desaprovechando así una temática que supo ser común pero efectiva en films ochentosos y noventosos: el cambio de cuerpos y apariencias.