Al final… lo primero es la familia.
Nos encontramos ante una película de misterio, en la línea de películas como Clue (1985). Hay un asesinato y como si de un juego de misterio se tratase, nosotros junto al detective Benoit Blanc, tendremos las piezas delante de nuestras narices para ir reconstruyendo el caso.
El muerto, es el escritor Harlan Thrombey, novelista exitoso y multimillonario. Su muerte parece un suicidio, pero hay cabos sueltos que dejan la sospecha de que pudo haber un asesinato. ¿Pero quién es el culpable? Ahí es donde entra en escena nuestro detective, quien debe realizar su investigación sumergiéndose en cada de las diversas personalidades de los integrantes de la familia del muerto y también en la de sus sirvientes. Y creerlo o no, todos tienen un secreto que puede convertirlos en potenciales asesinos.
El director Rian Johnson llega en forma, en ésta, su quinta película. Habiendo debutado con la interesante Brick (2005) y logrando una interesante cinta con Looper (2012), también fue el responsable de unos de los capítulos más controversiales de la Saga Star Wars (Si, es el que dirigió Star Wars Episodio VIII: El último Jedi -2017). Acá, logra mantener el misterio y engancharte en la historia, creando un guión compacto, con buenos giros, toques de humor ingeniosos y actuaciones de primer nivel. La película cuenta con una especie de dream team de actores que logran desenvolverse de la mejor forma: Están Christopher Plummer, Jamie Lee Curtis, Toni Colette, Daniel Craig, Chris Evans y Don Johnson, entre otros y cada uno está impecable.
Recomendable si te gustan los juegos de mesa, Agatha Christie y las historias de misterio clásicas.
No te aburre ni un poco a pesar de su duración de un poco más de dos horas.