Jon Martello (Joseph Gordon-Levitt) es una típica víctima de la posmodernidad: deshumaniza todo lo que está a su alcance. Así, las chicas del boliche se convierten en premios, que califica del 1 al 10, va a la Iglesia y se confiesa sin entender qué significa, y enumera las ventajas de masturbarse mirando pornografía en su computadora por sobre las que tienen las relaciones sexuales. En definitiva, es un adicto al porno. Pero las cosas comienzan a cambiar cuando Jon conoce a Bárbara (Scarlett Johansson), una rubia manipuladora a quien describe como “la mujer más bella que vio en su vida”. De este modo el filme muestra la realidad de una pareja que sigue las reglas de una relación tradicional y cómo estos lineamientos tan estereotipados la frivolizan hasta desvanecerla en la nada misma. Hacia la mitad del filme, aparece una mujer depresiva (Julianne Moore) que encarna un rol fundamental para que Jon empiece a ver las cosas de otra manera. De la unilateralidad a la verdadera entrega. Del placer virtual al placer real. El filme es la ópera prima de Joseph Gordon-Levitt, quien deslumbró en la pantalla grande en películas como “500 días con ella” o “50/50”, entre otras, y que en este caso se embarca como director y guionista dando como resultado una comedia bien lograda, con ciertos guiños al sarcasmo y la parodia. De este modo “Entre sus manos”, brinda 90 minutos de escenas impúdicas y subidas de tono, con las que más de uno se sentirá identificado, logrando un mensaje efectivo, conciso, y superador. Sin dudas Gordon-Levitt deja en claro que posee el potencial para tener un gran futuro, también, detrás las cámaras.