Año nuevo, remakes nuevas. Y una vez más, dentro del género de terror.
Ahora le toca a un verdadero clásico de culto: I Spit in your Grave. Estrenada en 1978, era una cruda historia de violación y venganza, que por lo fuerte de las imágenes perturbó al público del momento, incluyendo al prestigioso crítico Roger Ebert (“Esta película es una expresión del lado oscuro más enfermizo y perverso del ser humano”). Es más: fue censurada en varios países. Sin embargo, con el tiempo fue apreciada por una nueva generación de espectadores y por la prensa, y se convirtió en la favorita de talentos como Gaspar Noé, quien se inspiró en el film para las escenas más escandalosas de su Irreversible.
Esta nueva versión repite el argumento de la original: Jennifer Hills (Sarah Butler), una escritora proveniente de la ciudad, viaja a una cabaña perdida en el bosque, para poder terminar una novela lejos de distracciones. Por desgracia para ella, cuatro lugareños irrumpen en su vivienda y la someten a las humillaciones más depravadas. Pero Jennifer logra escapar antes de que la maten. Un tiempo después, los cuatro no-fantásticos empiezan a caer como moscas, y de las maneras más horrendas posibles. ¿La culpable? Nada menos que la señorita Hills, ahora ciega de rabia, hambrienta de revancha.
Lejos de evitar los momentos fuertes y desagradables que caracterizaron a la obra anterior, los responsables de este refrito se las ingeniaron para ir más allá. El nivel de sadismo y brutalidad será demasiado para el gran público, no importa si está acostumbrado a lo que suele mostrarse en la saga de El juego del miedo, pero habla muy bien de los responsables de esta remake. Steven R. Monroe y la actriz debutante Sarah Butler, y el resto del equipo técnico y artístico, demostraron ser valientes y no guardarse nada. Como dijo la productora Lisa Hansen: “La amen o la odien, la gente se acordará de esta película”.
La estética visual también conserva el espíritu amateur de I Spit... Hay cámara en mano (pero no en exceso, por suerte) y nada de tecnología digital —o por lo menos, nunca se nota—, lo que le da un sabor artesanal al producto, como si la hubieran rodado algunas décadas atrás. También ayuda la participación de actores poco o nada conocidos, lo que suma a la idea de realismo buscada por el director.
Al igual que la versión original y que muchos films de horror de los ’70, queda demostrado que nosotros, los seres humanos civilizados, somos capaces de actos de crueldad extrema cuando somos puestos en situaciones límite. Que en el fondo somos unos cavernícolas sanguinarios. Roger Ebert bien lo dijo en el primer párrafo de este texto.
A Escupiré sobre tu Tumba le falta para calificar como obra maestra del suspenso y el terror, pero es un audaz exponente del género, que este año amenaza con ser alivianado con Scream 4. Eso sí, dos concejos: 1) ni se les ocurra comer ni un bocado antes de ingresar a la sala, y 2) cuidado con verla junto a tu novia; algunas escenas podrías darle ideas un tanto desagradables.