“Eternals” Crítica. Una nueva etapa
La ganadora del Oscar Chloé Zhao dirige a un elenco de estrellas en el primer film sobre un flamante grupo de superhéroes.
Maria Paula Iranzo Hace 6 horas 0 22
Desde Spiderman: Lejos de Casa (2019) que en Disney se preguntan quiénes vendrán después de diez años de Los Vengadores; y aunque dejaron un vacío difícil de llenar, intentarán hacerlo los Eternals, el gran estreno del año en materia Marvel que llega a los cines el próximo jueves 4 de noviembre.
En pocas palabras, ellos son un grupo de seres inmortales creados por los Celestiales en el comienzo de los tiempos. Cada uno con su propio set de poderes, deben permanecer en la Tierra hasta completar su misión, además de luchar contra las malvadas criaturas humanoides llamadas Desviantes. En el presente, tras los eventos de Avengers: Endgame, el film los encuentra a cada uno haciendo su vida, pero deben volver a reunirse debido a una nueva amenaza que puede destruir el planeta entero.
Haber juntado tantas estrellas y lograr algo coherente es una épica en sí misma. Y aunque haya que explicar un nuevo set de personajes y prestar atención desde el minuto cero, es muy entretenida de ver y las 2 horas con 35 minutos se pasan de forma afable.
De todos los elencos del Universo Cinematográfico de Marvel (MCU por su sigla en inglés), definitivamente este es el más diverso de todos: hay una latina, tres asiáticos, dos de raza negra y cuatro blancos. Además de haber una adolescente andrógina, un gay y una sorda. Es la epítome de la inclusividad y es un gran paso para una mayor representatividad en el mundo de los comics en la pantalla grande.
Aunque es sin querer, hay momentos en los que la audiencia se puede volver loca. Por ejemplo: ver a Salma Hayek interactuando con Angelina Jolie; mientras que al mismo tiempo se encuentran cara a cara Jon Snow y Robb Stark (fans de Game of Thrones regocíjense), o sea Kit Harrington y Richard Madden en las calles de Camden, en Londres. Más de una cabeza puede explotar viendo escenas así.
Más allá de estos guiños -que no son los únicos-, cada uno de los personajes tiene su propia esencia y todos los actores saben desplegarla como si fuera lo más fácil del mundo. Madden como Ikaris es imponente, Gemma Chan como Sersi irradia dulzura y poder, Kumail Nanjiani como Kingo tiene el toque humorístico, Lauren Ridloff mezcla inteligencia y velocidad como Makkari, Brian Tyree Henry como Phastos es un conflictuado inventor que quiere cuidar a su familia, Barry Keoghan como Druig le da el toque Rebelde Sin Causa, Don Lee es el gran protector Gilgamesh, Lia McHugh es la eternamente joven Sprite, Salma Hayek trae un aura de empoderamiento como la líder sanadora Ajak y Angelina Jolie está bañada en un aura de misterio, imperfección y lucha como Thena. Individualmente son mágicos, pero en equipo son imparables.
Para que funcione esta increíble amalgama de personas, detrás de cámara es necesario una persona idónea, y esa es Chloé Zhao, la ganadora del Oscar por Nomadland. Si bien la realizadora se aleja de su zona de confort al estar al frente de algo tan grandilocuente como Marvel, supo ponerse a los hombros el proyecto y logró un producto con efectos especiales y una fotografía fuera de este mundo, digna de pantalla grande. Además, la música de Ramin Djawadi (de Game of Thrones) es imprescindible para amplificar lo filmado por la directora. Es una combinación increíble.
Es probable que fans del Universo se sientan un poco decepcionados porque la historia no se apoya en la acción sino en los mismos Eternals y su lugar en este mundo. Gracias a Zhao, el film muestra un lado más humano al cual nunca antes nadie le prestó atención en el MCU. Es decir, estaban y existían, pero quedaban en segundo plano ante las escenas de acción. La denominada Fase 4 del Universo Marvel, que incluye a las series de Disney+, está evolucionando hacia un lado bastante interesante y necesario para la sociedad.
Por más entretenida que sea Eternals, todavía no está todo dicho; y si encima le agregan las dos escenas post créditos, varias personas quedarán en estado de shock y rascándose la cabeza pensando a dónde llevará esto y cómo se conecta todo. ¡Que empiecen las teorías conspirativas!