El film toma como eje narrativo el cuerpo de Evita para abordar cuatro etapas distintas de la Argentina: durante el gobierno de Perón, durante el Golpe de Aramburu, la vuelta de Perón y el golpe subsiguiente. Los restos físicos de Eva no sólo son un símbolo, ya que la película también narra desde la ausencia.
La propuesta de Agüero camina sobre una línea delgada entre la ficción y el documental. Partiendo de hechos conocidos (recreados, con licencias artísticas de por medio, con actores), conecta los distintos segmentos y momentos históricos con material de archivo. Si uno analiza la cadencia de la narración, la propuesta es exitosa. La tensión que se construye entre el material de archivo y el ficcional, entre la memoria popular y la narración, a priori es interesante, pero al reflexionar sobre la diégesis y el verosímil que se construye en contraposición con el documento histórico, uno termina cuestionando la idea de “verdad” detrás de la ficción propuesta.
Es importante destacar algunos aspectos técnicos del film, entendiendo que la técnica va mucho más allá de los movimientos de cámara, siempre abarcando una conjunción de todos los elementos cinematográficos. El plano secuencia de la conversación entre Koenig y Robles es el punto más alto de toda la obra y lo es en más de un sentido. Las actuaciones de Lavant y Goldschmidt, el amanecer de fondo y el progreso de la tensión también son detalles para destacar. Rara vez uno se encuentra con una apuesta tan arriesgada. Más allá de la proeza técnica, a la película le pesa el mito y lo complejo de la historia. Invocar el saber popular y su “el que mucho abarca, poco aprieta” resulta atinado, principalmente cuando se tiene en cuenta que, al retratar un período caracterizado por extremismos, la construcción de personajes se torna mucho más compleja y difícil. Casi todos los protagonistas se sienten unidimensionales y no es precisamente culpa del reparto.
El resultado final es dispar. Segmentos muy sólidos (donde la propuesta cierra de forma redonda) y segmentos que dejan gusto a poco (principalmente a causa de un verosímil endeble y la falta de desarrollo de los personajes) son el fiel reflejo de una película audaz y tímida a la vez.