Después de un comienzo prometedor de carrera en el cine de género con Naturaleza muerta (un slasher clásico con una vuelta atractiva), la filmografía de Gabriel Grieco fue decayendo en calidad y luego de la fallida Respirar llega este rejunte de malas ideas que es Existir.
Si hay un género que apenas se ha explorado dentro de la historia de nuestro cine, ése es la ciencia ficción. Y con respecto a la que se encuentra relacionada a lo extraterrenal, como antecedente no tenemos mucho más para destacar que la película de Hugo Santiago que Bioy Casares y Borges escribieron, Invasión. De manera más reciente Iván Fund intentó acercarse, más bien la rozó, con su estilo más solemne en Vendrán lluvias suaves, y Martín Basterretche parece haberse puesto a jugar con su Devoto: la invasión silenciosa.
Gabriel Grieco acá se mete de fondo en el tema que le interesa con una trama que gira alrededor de supuestas presencias y un grupo de elegidos. A través de la historia que un guionista intenta escribir y con la que se va conectando de un modo más personal es que su protagonista abre la cabeza ante la eterna posibilidad de no estar solos: un fiel creyente en la vida extraterrestre desaparece y dos años después su ex novia y su mejor amigo encuentran pistas que los embarcan en una nueva búsqueda.
Hay una producción notable internacional que presenta locaciones de diferentes partes del mundo y también de nuestro país, con escenarios muy distintos entre sí que solo tienen en común un aire de desolación. Sin embargo el resultado es muy pobre, con una trama rebuscada y llena de incoherencias. Un rejunte de escenas sin sentidos, caracterizaciones de personajes imprecisas (un aspecto llamativo del arte es lo poco verosímil de los vestuarios, cuyo fin sólo parece sexualizar a los personajes femeninos) y cero desarrollo de personajes con los que es imposible conectarse o entender.
La participación de colaboradores como Sofía Gala Castiglione, Fabiana Cantilo y Airbag poco pueden hacer con una película que no tarda en caerse en pedazos. Y como si fuera poco, con un deslucido protagónico de su propio director.
Ridícula, aburrida y sin sentido, Existir parece ser una película hecha con muchas ideas metidas en una licuadora donde el resultado es un mejunje que no dan ganas ni de probar. ¿Hay algo más allá afuera? Esta película no brinda respuestas interesantes pero quizás, con esperanza, sirva de puntapié para quienes hacen películas se animen a explorar el subgénero.