El director Marcus Nispel es conocido por las remakes de terror que hizo de La masacre de Texas (en 2003) y Viernes 13 (en el 2009). Ahora llega por primera vez con una historia original suya.
La película comienza con un poco de la historia sobre el lugar en el que se va a suceder: un antiguo asilo para gente con problemas mentales. Un lugar que en algún momento funcionó como centro de ayuda pero que tras la fuerte demanda se terminó convirtiendo más que nada en un sitio donde resguardaban a “locos”, los tenían encerrados ya sin preocuparse por su tratamiento.
Como muchas de estas películas de terror, los protagonistas son un grupo de adolescentes poco inteligentes que la primera de muchas ideas increíbles que tienen es la de hacer una fiesta en este lugar abandonado y en ruinas. La segunda, es la de escuchar, jugando, una canción con aparentes mensajes satanistas al reverso.
Los problemas comienzan cuando el hermano menor del protagonista es poseído. Desde acá es que se siente que todo sucede de manera rápida e ilógica, simplemente para que la historia vaya por donde la guionista Kirsten McCallion, quiere que vayan. No hay un segundo de cuestionamiento cuando se lo ve al chico actuando raro. “Está poseído”, dice la chica protagonista de la nada.
Y claro, como su título en nuestro país lo indica, hay un exorcismo. Pero no estamos ante nada más alejado que El Exorcista, por más que haya un Padre Conway en la historia. El exorcismo apenas toma unos minutos de pantalla y es realizado a través de un DIY (Do it yourself – Hágalo usted mismo) que encuentran en internet. Acá, un punto extraño de la película. Algunas partes graciosas y chistes funcionan como si la intención fuera hacer más bien una parodia a una película de terror, pero esto sólo sucede de a ratos. El resto del tiempo nos hace creer que estamos realmente ante una mala película.
La construcción de personajes es bastante pobre y estereotipada. Y ninguno de ellos tiene algo que los haga queribles, en general no nos importan y queremos que los maten de una buena vez. No hay un porcentaje de identificación posible con algunos de ellos.
Hay un presupuesto notoriamente bajo, se nota, pero esto no debería ser una razón para que se la sienta mal editada y dirigida, más allá de algunos efectos que no están mal.
En resumen, Exorcismo es ante todo una película poco inspirada. Entre clichés, lugares comunes, y un guión forzado y que hace aguas por todos lados. Si quieren ver una buena película de terror metalera, recomendaría “The Devil’s Candy”, lástima que no creo que nunca llegue a estrenarse.