A finales del siglo XIX, un grupo de soldados navega las aguas del noreste argentino. Exhaustos y frente a la disyuntiva de decidir qué camino tomar, Fontana sabe que de su opinión dependerá la vida de todos sus colegas. Decididos a descubrir las extensiones de un país en construcción y delimitar las fronteras que nos dividirán de nuestros vecinos, las vidas de este grupo de hombres narra la historia de algunos de los pioneros que nos conformaron como Nación.
Durante los fragmentos que retratan el paso de Fontana por Formosa, algo del clima de “La misión” flota en el aire y queda suspendido allí, en especial en las escenas con las aguas del Pilcomayo. El entendimiento del Mayor con la mujer aborigen tiene sutiles puntos de contacto con la relación maestro/aprendiz que se daba en ambos sentidos entre John Smith y Pocahontas.
Salvo algunos pequeños detalles, hay una cuidada construcción de la época, de los pueblos originarios y su aniquilación, de la conquista por parte del hombre blanco y de los colonos que ayudaron a poblar la Patagonia. Con solvencia, Guillermo Pfening interpreta al joven Fontana, quien se divide entre su obligación militar y su pasión naturalista. Hay grandes elipsis narrativas con respecto a la familia del militar, su relación con su esposa e hijas y cómo es el camino que lo lleva hasta convertirse en el rol a cargo de Jorge D’Elia, una pequeña historia dentro de la historia no del todo desarrollada ni fluida.